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Un enjuague bucal puede detectar los primeros signos de advertencia temprana de enfermedad cardiovascular incluso en personas jóvenes y sanas.
Así lo sugiere un equipo de investigadores en un artículo publicado en la revista ‘Frontiers in Oral Health’. Y es que la inflamación de las encías conduce a la periodontitis, que puede estar relacionada con alguna enfermedad cardiovascular.
Los investigadores usaron un simple enjuague bucal para ver si los niveles de glóbulos blancos -un indicador de la inflamación de las encías- en la saliva de adultos sanos podrían estar asociados con señales de advertencia de enfermedades cardiovasculares y hallaron que los niveles altos se correlacionaban con una dilatación mediada por flujo, un indicador temprano de mala salud arterial.
Lo que detecta el enjuague bucal sobre la salud del corazón
“Incluso en adultos jóvenes sanos, los bajos niveles de carga inflamatoria oral pueden tener un impacto en la salud cardiovascular, una de las principales causas de muerte en América del Norte”, indica Trevor King, de la Universidad Mount Royal (Canadá), respecto al uso del enjuague bucal.
La periodontitis es una infección común de las encías que anteriormente se ha relacionado con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Los científicos sospechan que los factores inflamatorios pueden ingresar al torrente sanguíneo a través de las encías y dañar el sistema vascular.
King y sus colegas se propusieron estudiar a jóvenes sanos sin problemas periodontales diagnosticados para determinar si los niveles más bajos de inflamación oral pueden ser clínicamente relevantes para la salud cardiovascular.
“Estamos empezando a ver más relaciones entre la salud oral y el riesgo de enfermedad cardiovascular”, indica Ker-Yung Hong, primer autor del estudio y estudiante de odontología en la Universidad de Ontario Occidental (Canadá).
El equipo eligió la velocidad de la onda del pulso -que puede medir la rigidez de las arterias- y la dilatación mediada por el flujo -una medida de qué tan bien pueden dilatarse las arterias para permitir un mayor flujo sanguíneo- como indicadores clave del riesgo cardiovascular. Estos miden la salud arterial directamente, puesto que las arterias rígidas y que funcionan mal aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Los científicos reunieron a 28 personas no fumadoras de entre 18 y 30 años, sin comorbilidades ni que tomaran medicamentos que pudieran afectar el riesgo cardiovascular y sin antecedentes de enfermedad periodontal. Se les pidió que ayunaran durante seis horas, excepto para beber agua, antes de visitar el laboratorio.
Lo que determinó la ciencia al respecto
En el laboratorio, los participantes realizaron un enjuague bucal con agua antes de hacerlo con solución salina que después se analizó. Luego, se acostaron durante 10 minutos para un electrocardiograma y permanecieron acostados durante otros 10 minutos para que los científicos pudieran tomar su presión arterial, la dilatación mediada por el flujo y la velocidad de la onda del pulso.
“La prueba del enjuague bucal podría usarse en su chequeo anual con los médicos de familia o el dentista”, recalca Michael Glogauer, de la Universidad de Toronto (Canadá), quien agrega: “Es fácil de implementar como una herramienta de medición de la inflamación oral en cualquier clínica”.
Tras observar los efectos al realizarse el enjuague bucal, los científicos encontraron que niveles altos de glóbulos blancos en la saliva tienen una relación significativa con una deficiente dilatación mediada por flujo, lo que sugiere que estas personas pueden tener un riesgo elevado de enfermedad cardiovascular.
Plantearon la hipótesis de que la inflamación de la boca por el enjuague bucal, que se filtra hacia el sistema vascular, afecta la capacidad de las arterias para producir el óxido nítrico que les permite responder a los cambios en el flujo sanguíneo.
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