El trabajo no remunerado de las mujeres triplica el gasto en tecnología a nivel mundial

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20/01/2020 - 08:21
Las mujeres dedican 12.500 millones de horas diarias al trabajo no remunerado.

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El trabajo no remunerado que realizan las mujeres y niñas mayores de 15 años en todo el mundo equivale como mínimo a 10,8 billones de dólares, cifra que triplica el tamaño de la industria mundial de la tecnología.

Esto significa que la aportación a la economía mundial del trabajo no pagado es tres veces mayor que el gasto total en tecnología de personas, empresas y gobiernos en todo el mundo.

Así lo refleja el informe de Oxfam Intermón 'Tiempo para el cuidado', publicado con motivo del Foro de Davos.

El trabajo no remunerado de las mujeres en todo el mundo

Según sus resultados, las mujeres dedican 12.500 millones de horas diarias a ese tipo de trabajo, que engloba actividades como el cuidado de niños y niñas, personas mayores, enfermos o discapacitados, además de tareas domésticas como cocinar, lavar o ir a buscar agua y leña.

La responsable de Incidencia Política de Oxfam Intermón, Lara Contreras, subrayó que “el trabajo de cuidados recae principalmente sobre las mujeres quienes, a menudo, apenas tienen tiempo para recibir educación, lograr un empleo con un salario digno o participar en la toma de decisiones en la sociedad. Esto las atrapa en la parte más baja de la pirámide económica”, denunció.

Empleos mal remunerados realizados por mujeres

En todo el mundo, las mujeres y niñas realizan más de las tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado, y a menudo se ven forzadas a reducir su jornada laboral o a renunciar a su empleo regular para asumir estas tareas", agregó.

De hecho, el 42% de las mujeres no puede acceder a un empleo pagado, indica el informe, porque son ellas las responsables del trabajo de cuidados, en comparación con tan sólo el 6% de los hombres. En cuanto al trabajo de cuidados que sí se paga, las mujeres también constituyen dos terceras partes de la mano de obra.

Empleos como el de enfermera, trabajadora del hogar o cuidadora a menudo están mal remunerados, no tienen derechos laborales, conllevan un horario irregular y pueden suponer un importante desgaste físico y emocional. Sin embargo, sólo el 10% de las trabajadoras del hogar están protegidas por la legislación laboral como el resto de trabajadores.

¿Qué pasa en España?

En España, el trabajo de cuidados no remunerado equivale al 14,9% del PIB, según datos de la OIT de 2018. A ello hay que agregar que las mujeres suponen el 74,8% de la población trabajadora que recibe los salarios más bajos, mientras que sólo representan el 35,6% de las personas trabajadoras que reciben los mayores sueldos.

Por ello, de cara a la nueva legislatura, Oxfam Intermón pidió al nuevo Gobierno de coalición medidas que supongan corresponsabilidad entre el Estado, las empresas y las familias para repartir de forma justa y equitativa el trabajo de cuidados.

También reclamó igualar los derechos laborales de las trabajadoras del hogar con los del resto de los trabajadores; subir el impuesto de sociedades a las grandes empresas hasta conseguir un tipo efectivo del 15%, e incluir en las políticas sociales una renta mínima garantizada que acabe con la pobreza, que perjudica más a las mujeres.

Desigualdad

Según Oxfam Intermón, la desigualdad en el mundo está "profundamente arraigada y ha alcanzado un nivel escandaloso". En su informe, la ONG muestra cómo el modelo económico actual "permite a una élite millonaria acumular vastas fortunas a expensas del resto de la ciudadanía", especialmente de las mujeres y niñas en mayor situación de pobreza.

Como muestra, un dato demoledor: los 22 hombres más ricos del mundo tienen más dinero que todas las mujeres que viven en África juntas.

Además, el número de millonarios en el mundo se ha duplicado en la última década. “La brecha entre ricos y pobres no puede eliminarse sin la adopción de políticas contra la desigualdad, pero muy pocos gobiernos se han comprometido a adoptarlas”, denunció Contreras.

Por ello, reclamó elevar los impuestos sobre la riqueza y las grandes empresas, a fin de conseguir más recursos con los que financiar un sistema de servicios públicos para asumir el trabajo de cuidados, del que actualmente se ocupan tantas mujeres sin recibir nada a cambio.

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