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La secretaría general de la ONU ha publicado el informe 'Impacto de la COVID-19 sobre la seguridad alimentaria y la nutrición' con una serie de políticas recomendadas y recomendables para hacer frente a una emergencia alimentaria de proporciones desconocidas por el coronavirus.
La humanidad se enfrenta a una emergencia alimentaria de proporciones desconocidas, pero probablemente inmensa debido al impacto de la COVID-19.
Los consejos de la ONU para evitar una emergencia alimentaria
La pandemia por COVID-19 ha provocado la muerte de más 400.000 personas alrededor de todo el mundo. En el sector alimentario también ha afectado enormemente, de tal forma que hasta 270 millones de personas pueden acabar el año viéndose en situación de hambre aguda.
Las Naciones Unidas definen una emergencia alimentaria como "una situación extraordinaria en la que las personas no pueden satisfacer sus necesidades básicas de supervivencia, o existen amenazas graves e inmediatas para la vida y el bienestar humanos".
El hambre en el mundo ya era preocupante
Antes del coronavirus, el problema del hambre en el mundo ya era preocupante. Existían 135 millones de personas que pasaban hambre, aunque ahora las estadísticas se hayan disparado.
En los últimos meses se han registrado más de 821 millones de hambrientos, es decir, personas que se van a dormir sin haber ingerido las calorías necesarias para mantener su salud.
Impacto del COVID-19 sobre la seguridad alimentaria y la nutrición
Recientemente, la secretaría general de la ONU ha publicado el informe 'Impacto de la covid-19 sobre la seguridad alimentaria y la nutrición', en la que ha alertado de que los efectos combinados de la COVID-19 con las medidas de mitigación y la recesión global emergente podrían, sin una acción coordinada a gran escala, interrumpir el funcionamiento de los sistemas alimentarios.
Tal interrupción puede tener consecuencias para la salud y la nutrición de una gravedad y escala nunca vistas por más de medio siglo, alerta el organismo.
Movilización, refuerzo e inversión
El informe llega a tres conclusiones claras: primero, hay que movilizarse ya y centrar la atención en donde el riesgo sea mayor; segundo, hay que reforzar los sistemas de protección social y tercero, hay que "invertir en el futuro, y no en el pasado", según palabras del Secretario General Guterres.
"Nuestros sistemas alimentarios están fallando, y la pandemia está empeorando aún más las cosas. A menos que se adopten medidas de inmediato, cada vez está más claro que habrá una emergencia alimentaria mundial inminente que podría tener repercusiones a largo plazo para cientos de millones de niños y de adultos", ha señalado el secretario general de la ONU, António Guterres, durante la presentación de estas políticas en la sede del organismo internacional en Nueva York.
Riesgos de disrupciones en la cadena de suministro
En su discurso, ha alertado de que incluso en los países donde los alimentos son abundantes existen riesgos de disrupciones en la cadena de suministro. Esta interrupción puede tener consecuencias para la salud y la nutrición de una gravedad y escala nunca vistas por más de medio siglo, alerta la ONU.
El organismo internacional ha recordado y enumerado un rosario de datos, además de la cifra general de hambrientos crónicos y extremadamente hambrientos (agudos) ya mencionada. Entre otros: la producción económica mundial se va a reducir en 8.500 millones de dólares en los próximos dos años; 49 millones de personas caerán en la pobreza extrema, la mitad en África subsahariana, y las remesas disminuirán un 20% en 2020, lo que supone una pérdida de 110.000 millones de dólares en recursos disponibles para comprar alimentos y satisfacer otras necesidades de las familias de migrantes.
Cómo superar la crisis alimentaria
Para evitar alcanzar o empeorar estas cifras, la ONU recomienda una serie de políticas que animan a mirar más allá del corto plazo:
- Movilizarse ya: los Gobiernos deben designar los servicios alimentarios como esenciales y aplicar las protecciones que sean necesarias para los trabajadores de este sector, continuar con la asistencia humanitaria en forma de comida, llevarla a países que sufren crisis alimentarias, intensificar el apoyo a la elaboración, transporte y mercados locales, mantener los corredores comerciales abiertos y atender a las necesidades de liquidez de los pequeños productores.
- Reforzar los sistemas de protección social: salvaguardar el acceso a alimentos seguros y nutritivos, en particular para los niños de corta edad, las mujeres embarazadas y lactantes, las personas de edad y otros grupos de riesgo, y adaptar y ampliar los programas de protección social.
- Invertir en el futuro: la ONU se refiere a la necesidad de construir un mundo más inclusivo y sostenible creando sistemas alimentarios que atiendan mejor las necesidades de los productores y los trabajadores del sector de la alimentación.
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