Lectura fácil
El agua siempre ha estado ahí para todos los españoles. Seguramente cuando nuestros abuelos o bisabuelos tenían que sacar el agua del pozo para beber o ir a lavar al río, no se lo podrían creer cuando, de repente, vieron cómo les instalaba un grifo en casa y solo con un giro de muñeca, tenían el agua en casa.
Así las cosas, lo cierto es que España ya es uno de los países más secos de Europa y el estrés hídrico aumenta conforme el cambio climático trae consigo un tiempo más seco y cálido.
En la actualidad, uno de cada tres habitantes del planeta no tiene acceso a agua potable salubre, y dos de cada cinco no disponen de instalaciones higiénicas básicas.
La falta de agua es la mayor de las pobrezas que existe, aprende a valorar tu suerte
Quienes no tienen agua potable sufren además problemas de salud, escasez de alimentos, exclusión social, subdesarrollo económico y falta de oportunidades. Por eso, debemos ser mucho más conscientes y respetuosos con el agua que tenemos y disfrutamos, que para otras personas supone la diferencia entre la vida y la muerte.
En los próximos 50 años, el panorama del cambio climático en España será desolador. Dentro de poco, la temperatura podría aumentar hasta 2,5 °C más, mientras que las precipitaciones podrían caer en torno a un 10 %. La España central podría verse más afectada, con veranos más secos y cálidos que podrían extenderse tres meses más de lo normal. Se prevé que el agua subterránea disponible (de la que dependen muchos pueblos pequeños) disminuirá considerablemente al mismo tiempo que el clima semiárido del sudeste está en vías de transformarse en un clima árido.
Lamentablemente, el agua no es un recurso infinito
Las montañas influyen mucho en la meteorología española, ya que crean sombras orográficas que exageran la aridez natural de la región y atrapan la corriente de aire subtropical cálido y seco sobre el país cada verano. Esto convierte España en uno de los países más secos de Europa, con una media anual de precipitaciones de solo 636 milímetros.
Expertos de National Geographic indican que al ser tan seca, España consume en torno al 50 % del agua de la que dispone, una proporción elevadísima con un margen muy estrecho entre la oferta y la demanda. Esto deja al país en una situación de vulnerabilidad ante futuras fluctuaciones provocadas por la sequía o el aumento del consumo de agua, ambos factores bastante probables. De hecho, España ha vivido cuatro de sus años más cálidos registrados en la última década.
Solo en los últimos 20 años, se estima que el país ha perdido un 20 % de su suministro de agua dulce, el nivel freático ha descendido drásticamente y lo poco que queda de hielo glaciar en los Pirineos (ya se ha perdido un 90 %) se derrite rápidamente. Con la disminución de las lluvias invernales en 2016, los embalses alcanzaron sus niveles más bajos en décadas y un cuarto de los distritos declaró la emergencia hídrica. La ola de calor subsiguiente agravó la escasez de agua y las reservas hídricas nacionales descendieron a un alarmante 57 % de su capacidad en abril de 2019. La situación solo va a seguir empeorando.
Está en nuestras manos hacer que las generaciones futuras tengan la misma suerte que nosotros
Afirmación que sostiene Antonio Espinosa de los Monteros, CEO y cofundador de AUARA, empresa social, que comercializa agua mineral y dedica el 100 % de sus dividendos a construir pozos, tanques de recogida de agua de lluvia y sistemas de saneamiento para proveer de agua potable a poblaciones de países que no tienen acceso a ella.
Culminando la Semana Mundial del Agua, este 27 de agosto, retomamos sus palabras para concienciar a nuestra sociedad sobre la importancia de practicar un consumo responsable y mantener unos hábitos sostenibles.
Para ello, reproducimos estas siete razones por las cuales los españoles podemos sentirnos afortunados respecto al agua:
- Tenemos agua potable en todos los grifos. Aunque en algunas localidades pueda tener sabor o algún ligero olor desagradable causado por los procesos de purificación, en toda España se puede beber agua del grifo de manera segura en un 99,5 % de los casos, ya que cumple con todos los estándares de calidad establecidos por la Unión Europea (salvo incidencias puntuales).
- El precio medio del agua doméstica en España es de 1,84 €/m3, lo que representa menos de un 1 % del presupuesto familiar, según AEAS, y está muy lejos de los 9,32 €/m3 que paga un danés o los 7,8 €/m3 de un noruego, si bien existen diferencias que pueden llegar hasta un 500 % entre comunidades autónomas según Facua (como ejemplo, una de las ciudades más caras es Ceuta, y una de las más baratas es León).
- Incluso a mediados de este caluroso mes de agosto, los más de 350 embalses de España, con unos 54.000 hectómetros cúbicos de capacidad total a nuestra disposición, se encontraban al 47 % de su capacidad global.
- España tiene abundantes manantiales de agua mineral. España es el cuarto país de la UE en producción de agua mineral (por detrás de Alemania, Italia y Francia), y el tercero en consumo.
- El agua embotellada se vende a un precio razonable.
- Políticas institucionales y subvenciones para mejorar el ciclo urbano del agua.
- Campañas de concienciación que funcionan. El consumo medio del agua en los hogares ha disminuido hasta 132 litros/habitante/día, según los últimos datos disponibles (desde los 171 contabilizados en 2001). Esto indica un uso más responsable en el ámbito doméstico, y una mejor educación de las nuevas generaciones.
Añadir nuevo comentario