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Poblaciones de más de 20 especies de animales abundan en áreas desprovistas de vida humana en las proximidades de Fukushima (Japón), donde en marzo de 2011 se produjo uno de los peores accidentes nucleares de la historia.
Así se recoge en un estudio realizado por investigadores de las universidades de Georgia (Estados Unidos) y Fukushima, y publicado en la revista 'Journal of Frontiers in Ecology and the Environment'.
267.000 fotos de vida silvestre en Fukushima
El estudio fue realizado a partir de más de 267.000 fotos de vida silvestre en varias áreas cercanas a donde se produjo el accidente nuclear, en las que se aprecian ejemplares de más de 20 especies de animales, entre ellos jabalíes, liebres japonesas, macacos, faisanes, zorros y perros mapaches.
"Nuestros resultados representan la primera evidencia de que numerosas especies de vida silvestre abundan ahora en toda la zona de evacuación de Fukushima, a pesar de la presencia de contaminación radiológica", apunta el biólogo James Beasley, de la Universidad de Georgia.
Las especies de animales aumentan en el terreno
Beasley indica que las especies que a menudo están en conflicto con los humanos, particularmente el jabalí, fueron capturadas predominantemente por cámaras en áreas o zonas evacuadas por humanos. "Esto sugiere que estas especies han aumentado en abundancia después de la evacuación de las personas", añade.
Los científicos identificaron tres zonas de investigación. Recopilaron datos fotográficos de 106 sitios e identificaron tres zonas: una con seres humanos excluidos por alto nivel de contaminación, otra con humanos restringidos por nivel intermedio de contaminación y otra donde viven personas por niveles muy bajos de radiación en el medio ambiente.
Imágenes recogidas por las cámaras
Los investigadores basaron sus designaciones en zonas previamente establecidas por el Gobierno japonés después del accidente de Fukushima en 2011. Durante 120 días, las cámaras capturaron más de 46.000 imágenes de jabalí. Más de 26.000 de ellas fueron tomadas en el área deshabitada, en comparación con 13.000 en las zonas restringidas y 7.000 en las habitadas por humanos.
Otras especies que se ven en mayor número en los lugares deshabitados o restringidos son mapaches, martas japonesas y macacos japoneses.
"Esta investigación hace una contribución importante porque examina los impactos radiológicos en las poblaciones de vida silvestre, mientras que la mayoría de los estudios anteriores han buscado efectos en animales individuales", apunta Thomas Hinton, profesor del Instituto de Radioactividad Ambiental de la Universidad de Fukushima.
Otros factores
Los científicos indican que, aunque no hay datos previos sobre las poblaciones de vida silvestre en las áreas evacuadas, la proximidad y el paisaje similar de la zona habitada por humanos hicieron del área el control ideal para el estudio.
El equipo evaluó el impacto de otras variables: distancia a la carretera, tiempo de actividad capturado por las indicaciones de fecha y hora de las cámaras, tipo de vegetación y elevación.
"El terreno varía de hábitats montañosos a costeros y sabemos que estos hábitats son compatibles con diferentes tipos de especies. Para tener en cuenta estos factores, incorporamos atributos de hábitat y paisaje como la elevación en nuestro análisis", apunta Beasley, quien añade que "el nivel de actividad humana, la elevación y el tipo de hábitat fueron los factores principales que influyeron en la abundancia de las especies evaluadas, en lugar de los niveles de radiación".
Niveles de actividad
Los resultados del estudio indican el patrón de actividad de la mayoría de las especies se alinea con su historia conocida o patrones de comportamiento. Los mapaches, que son nocturnos, fueron más activos durante la noche, mientras que los faisanes, que son animales diurnos, resultaron ser más activos durante el día. Sin embargo, el jabalí estuvo más activo durante el día dentro del área deshabitada que en zonas donde viven humanos, lo que sugiere que pueden estar modificando su comportamiento.
Una excepción a estos patrones fue el serau japonés, un mamífero parecido a una cabra. Normalmente lejos de los humanos, fueron vistos con mayor frecuencia en las imágenes de la cámara en áreas rurales de tierras altas habitadas por humanos. Los investigadores sugieren que esto podría ser un ajuste de comportamiento para evitar el rápido crecimiento de la población de jabalíes en la zona evacuada.
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