Lectura fácil
Las armas explosivas fueron responsables de casi la mitad -el 49,8 %- de los más de 47.500 casos de niños y niñas muertos y mutilados verificados por Naciones Unidas entre 2018 y 2022 en más de 24 zonas de conflicto en todo el mundo. La gran mayoría de estos casos se produjeron en zonas pobladas.
El uso de las armas en zonas pobladas es un peligro para los niños y niñas
El uso de armas en zonas pobladas supone una inmensa amenaza para los niños y niñas de todo el mundo. A medida que aumenta la guerra en áreas urbanas, el uso de armas diseñadas para campos de batalla abiertos es una realidad común en ciudades, pueblos, aldeas y otras zonas pobladas, con efectos devastadores para las poblaciones jóvenes. En los cinco años previos a 2022, las armas mataron o hirieron gravemente a casi el doble de niños que los muertos o heridos por disparos y otras armas de fuego.
Además de las lesiones directas, el uso de armas explosivas provoca una degradación social, económica y medioambiental más amplia, que afecta gravemente al acceso de los niños a servicios esenciales como la atención sanitaria, la educación y el agua potable. La destrucción de infraestructuras necesarias para la supervivencia y el bienestar tiene consecuencias a largo plazo para el desarrollo de los niños y la salud de la comunidad en general.
UNICEF trabaja activamente sobre el terreno en las zonas de conflicto para mitigar estos efectos, prestando ayuda y apoyo fundamentales a los niños más expuestos. Sin embargo, esto sólo puede conseguirse hasta cierto punto, y la prevención es un aspecto crítico para garantizar la protección de todos los niños, lo que requiere una respuesta internacional sólida y sostenida.
UNICEF hace un llamamiento
- Todas las partes en conflicto y quienes tienen influencia sobre ellas, protejan y garanticen el respeto de los derechos de los niños y niñas, incluso poniendo fin al uso de armas en zonas pobladas.
- Los Estados firmantes denuncien el impacto devastador en los niños de las armas explosivas en áreas pobladas y promuevan la Declaración Política, incluso instando a las partes beligerantes de todo el mundo a que cesen el uso de las armas explosivas en áreas pobladas.
- Los Estados presten un apoyo financiero sostenido a los programas e intervenciones que protejan a los niños y las niñas de las armas explosivas en áreas pobladas en particular mediante la vigilancia de las lesiones, la preparación y protección frente a los conflictos, la educación sobre los riesgos de los artefactos explosivos, la remoción de minas y la asistencia a las víctimas.
- Los Estados se abstengan de transferir armas explosivas a las partes beligerantes que probablemente las utilicen contra civiles y bienes de carácter civil, en consonancia con el Tratado sobre el Comercio de Armas.
- Los Estados, las organizaciones internacionales y la sociedad civil recopilen y compartan pruebas y datos, incluido el seguimiento de las víctimas y la salud mental, sobre el impacto directo e indirecto de las armas explosivas en los niños para apoyar los argumentos a favor de la protección de la infancia.
Así es la infancia dentro de los conflictos
UNICEF trabaja defendiendo los derechos de los más de 460 millones de niños y niñas que viven en zonas de guerra y conflicto en todo el mundo. Niños y niñas que son asesinados, sufren mutilaciones, tienen que abandonar sus hogares o se ven separados de sus familias, siendo especialmente vulnerables a todo tipo de abusos.
Añadir nuevo comentario