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Barcelona, 12 abr (EFE).- El Banco de Sabadell está inmerso en un proceso de venta de carteras de activos tóxicos inmobiliarios por valor de 10.800 millones que le permitirá, si se cumplen las expectativas, deshacerse prácticamente de su herencia inmobiliaria problemática, valorada a finales de 2017 en casi 14.000 millones.
Para quitarse de encima estos activos tóxicos, gran parte de ellos heredados de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), la entidad que preside Josep Oliu acaba de poner a la venta dos carteras de adjudicados valorados en 7.500 millones de euros, según han informado fuentes financieras.
En concreto, la entidad catalana busca comprador para un paquete de 5.000 millones, que concentra únicamente activos improductivos, y otro de 2.500 millones, este último vinculado a activos que proceden de la CAM, que compró por un euro Banco de Sabadell en 2012 tras su quiebra.
Éstas carteras se suman a otras dos lanzadas el mes pasado, valoradas en 3.300 millones de euros (una de 900 y otra de 2.400 millones), con lo que Banco de Sabadell está sondeando ya al mercado para colocar paquetes por valor de un total de 10.800 millones.
La segunda transacción está siendo asesorada por la firma de gestión de activos y patrimonio Alantra Partners, mientras que la primera operación cuenta con el asesoramiento de la firma KPMG.
Estos movimientos se enmarcan en la estrategia de la entidad de sacar de su balance activos problemáticos, que a final de 2017 estaban valorados en 13.481 millones de euros, con la intención de centrarse así en el negocio bancario.
Así, la venta de estos activos reducirá de manera relevante su exposición a este mercado, que a diciembre de 2017 era de 13.841 millones de euros.
Además de la puesta a la venta de estas carteras, Banco de Sabadell está deshaciéndose de activos inmobiliarios a través de su inmobiliaria Solvia, que en 2017 registró 1.334 millones en ventas, un ritmo que la entidad considera satisfactorio.
El objetivo del banco es ir reduciendo estos activos a través de Solvia en los próximos tres años a un ritmo de 2.000 millones al año.
Según UBS, el ratio de préstamos dudosos de Sabadell se encuentra entre los más altos de la banca española, con un 12,6 %, y la venta de estas carteras de tóxicos inmobiliarios le permitirá reducir la tasa al 8,5 %.
El banco suizo ha señalado además que la transacción permitiría a Sabadell beneficiarse de unos costes inferiores en la gestión de activos inmobiliarios.
Fuentes financieras apuntan que, aunque el proceso de desinversión de Sabadell en el ladrillo se encuentra todavía en una fase "muy incipiente", el "apetito" del mercado ante sus dos primeras carteras puestas a la venta el mes pasado ha acelerado la salida de las otras dos.
Con el mismo objetivo de centrarse en el negocio bancario, la compañía que preside Josep Oliu vendió a finales del año pasado el cien por cien de su plataforma de gestión hotelera, denominada HI Partners, a la sociedad de fondos gestionados por The Blackstone Group por 630,7 millones de euros.
En los últimos meses, los bancos están llevando a cavo operaciones similares para limpiar sus balances de este tipo de activos inmobiliarios, un negocio no estratégico que ha estado presionando sus balances en los últimos tiempos.
La operación más importante hasta ahora lanzada en España es la que protagonizan Banco Santander y el fondo Blackstone, que acordaron el traspaso de unos 30.000 millones del ladrillo del Banco Popular a una nueva sociedad, participada en un 51 % por el fondo norteamericano y en un 49 % por la entidad española.
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