El presidente húngaro ratifica la ley que duplica las horas extraordinarias

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20/12/2018 - 12:58
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Budapest, 20 dic (EFE).- El presidente de Hungría, el conservador nacionalista János Áder, informó hoy de que ha firmado la polémica ley que eleva de 250 a 400 el número de horas extras que pueden hacerse al año, y que ha desatado una serie de protestas contra el Gobierno.

"He constatado que la ley no limita las disposiciones en defensa de los trabajadores", argumentó Áder, según un comunicado.

La polémica ley laboral, calificada por su críticos como "ley de esclavitud", eleva de 250 a 400 el número de horas extra anuales, con lo que algunos empleados pueden pasar a trabajar seis días a la semana.

Además, otorga al empresario la posibilidad de posponer hasta en 36 meses el pago de ese trabajo adicional.

Después de que se aprobara la ley la semana pasada, comenzaron en Budapest y otras ciudades del país, y hasta en el extranjero, una serie de manifestaciones en contra de la legislación, organizadas por partidos, sindicatos y organizaciones cívicas.

Aunque esas horas extras son voluntarias, quienes se oponen a la ley advierten de que los trabajadores que se nieguen a aceptar trabajarlas quedarán marcados y correrán el riesgo de despido.

El presidente húngaro, del partido conservador nacionalista Fidesz, agrega que los empleadores no podrán castigar al empleado por negarse a aceptar las horas extras, y que tampoco se limita la posibilidad de los sindicatos de ofrecer protección a los trabajadores mediante convenios colectivos.

Momentum, un partido extraparlamentario que ha participado en la convocatoria de las manifestaciones, reaccionó llamando "servil" al presidente y advirtiendo de que mañana viernes visitarán el Palacio Sándor, sede de la presidencia, con bombas de humo, informa el portal informativo hvg.

Varios partidos opositores y sindicatos habían convocado para mañana una marcha para pedir al presidente que no firmara la ley.

La polémica ley fue aprobada por la mayoría parlamentaria del Fidesz, también partido del primer ministro, el nacionalista Viktor Orbán y entrará en vigor el 1 de enero.

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