No, no todo es cáncer. La cibercondría y sus riegos para nuestra salud

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06/08/2022 - 18:00
La cibercondría aumenta entre los usuarios

Lectura fácil

Internet es una herramienta que está presente en la mayor parte de actividades que hacemos en nuestro día a día. Hacer la compra, hablar con tus familiares y amigos, o consultar sobre algunos síntomas físicos que empiezas a tener. A esto último se le han llamado 'cibercondría', aunque hace falta puntualizar que solo recibe ese nombre si se empieza a hacer de forma casi obsesiva y para todo lo que nos puede estar pasando.

La cibercondría sería algo así como la hipocondría 2.0, trasladada al mundo digital. Existe una broma muy extendida al respecto que dice que cualquier síntoma que busques por internet te acabará llevando a la conclusión de que tienes cáncer. Tanto si nos duele la cabeza, como el dedo pequeño del pie izquierdo o el lateral derecho de las costillas, acudimos rápidamente a 'San Google' para que nos diga qué nos puede estar pasando y podemos encontrarnos con este fatal diagnóstico.

La desinformación y la cibercondría, un coctel perfecto de alto riesgo

Sin embargo, ni todo es cáncer, ni las respuestas a todos nuestros males son fáciles de encontrar en internet. El problema que tiene la red, que es a su vez su virtud, es la cantidad de información que se almacena en ella. Esto acaba generando una paradoja conocida como desinformación, contradictoriamente, a más información tenemos acceso, menos informados podemos llegar a estar. Esto combinado con la cibercondría podría tener graves consecuencias para nuestra salud.

¿Cuáles pueden ser estas consecuencias? uno de los principales riesgos de la cibercondría es sencillo: tener un mal diagnóstico. No tiene nada de malo hacer pequeñas consultas de temas puntuales en internet, siempre y cuando se contraste adecuadamente la fuente de la que nos estamos informando, sobre todo si se trata de temas médicos. El problema surge cuando hacemos caso excesivo a estos diagnósticos y no acudimos a un especialista que nos evalúe adecuadamente.

Encontrarnos con un diagnóstico catastrófico es bastante sencillo, aunque a la hora de la verdad puede que ni se acerque a lo que podemos estar padeciendo. Esto puede iniciar cuadros de ansiedad derivados de estas malas noticias. Además, puede potenciar y activar la cibercondría por seguir buscando más respuestas a una hipotética enfermedad, en vez de hacernos las pruebas pertinentes con la supervisión de un médico.

El problema crece

Por desgracia, esta nueva forma de hipocondría no ha hecho más que aumentar en nuestros días, desde Canal Salud IMQ, una página de profesionales de la salud en internet, afirman que más de 4 de cada 10 personas en España hace consultas de forma habitual sobre remedios para algún tipo de enfermedad. Y que además, "se calcula, no obstante, que entre un 3% y un 5% de la población internauta está afectada por este nuevo fenómeno que ha venido a denominarse cibercondría, o, lo que es lo mismo, la hipocondría digital", informan desde este canal.

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