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Según datos del estudio de Cinfa “Percepción y hábitos de salud de la población española en torno a la fotoprotección”, avalado por la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), solo el 2,5 % de los españoles se aplica de manera correcta la crema fotoprotectora.
Se considera que una buena fotoprotección se produce cuando se toman las siguientes tres precauciones (y no solo alguna de ellas): aplicarse el fotoprotector treinta minutos antes de tomar el sol, reaplicárselo cada dos horas y tras cada baño.
Este estudio, en el que han participado más de 3.000 personas muestra también que, si bien la población española parece conocer en general los efectos nocivos de las radiaciones ultravioleta, los efectos nocivos de la radiación infrarroja son más desconocidos.
Aunque el sol tiene muchos efectos beneficiosos sobre nuestro organismo, la sobreexposición a sus radiaciones puede poner en riesgo nuestra salud
En este sentido, puede provocar quemaduras, envejecimiento de la piel (fotoenvejecimiento) e incluso a largo plazo, cáncer de piel.
Por este motivo es fundamental adoptar hábitos saludables para broncearnos y saber que la prevención es la mejor arma para luchar contra los daños que los rayos solares pueden causar en la piel.
Los resultados del estudio revelan que el cáncer de piel constituye la principal preocupación de los efectos perjudiciales del sol para el 80 % de los encuestados.
Le siguen las quemaduras (7,5 %), aunque hombres y mujeres encuestados difieren en la tercera inquietud: el envejecimiento de la piel para las mujeres (cuarta para los hombres) y los problemas en la vista para los hombres (cuarta para las mujeres).
La piel tiene memoria y sus efectos son acumulativos y progresivos
Cualquier persona, independientemente de su color de piel, puede desarrollar un melanoma. Sin embargo, hay personas con mayor riesgo ya que su piel es mucho más sensible o delicada a los efectos de las radiaciones solares. Un ejemplo de ello, son las personas con la piel muy blanca. Habitualmente, tienen dificultad para broncearse, la exposición al sol les produce enrojecimiento en la piel y se suelen quemar con facilidad. Esto significa que sus mecanismos de protección son menores, y por tanto, tienen una mayor predisposición a poder desarrollar un cáncer de piel si no se protegen adecuadamente.
En función del tipo de piel, deberemos ajustar el factor de protección, pero, en todos los casos, este deberá ser igual o superior a 30.
Como otra medida clave, se recomienda moderar el número de horas de exposición al sol y no hacerlo de forma brusca.
Igualmente, es una buena opción recurrir a barreras físicas como gorras y gafas de sol, y resguardarse bajo la sombra de árboles, toldos o sombrillas.
Diez consejos para disfrutar del sol con responsabilidad:
- Recuerda que la mascarilla no protege del sol
Para resguardar la piel de tu rostro y, además, evitar las manchas y el fotoenvejecimiento prematuro, aplícate el fotoprotector por toda la cara y en el resto de zonas descubiertas, diariamente y antes de salir de casa.
- No abuses del sol
No permanezcas más de una o dos horas bajo el sol en los primeros días de playa o piscina. Posteriormente, puedes ir aumentando poco a poco el tiempo de exposición.
- Evita la exposición solar en las horas centrales del día
Los rayos solares son más fuertes y perjudiciales entre las 12 de la mañana y las 4 de la tarde. También la altitud aumenta la peligrosidad del sol, así como algunos tipos de nubosidad y el agua, la arena, la hierba o la nieve, que reflejan las radiaciones.
- Consulta los índices ultravioleta (IUV)
Antes de la exposición al sol o una actividad al aire libre, conviene informarse sobre la intensidad de las radiaciones a través de canales como la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET): a partir de un índice 6, el riesgo es alto y se deben extremar las medidas de fotoprotección.
- Utiliza un fotoprotector adecuado a tu fototipo y a las circunstancias de la exposición
Nunca te apliques un factor de protección inferior a 30 y elige productos cuyo envase especifique que protege de todos los tipos de radiaciones solares: la ultravioleta, la infrarroja y la visible.
Ponlo media hora antes de exponerte al sol y reaplícalo cada dos horas y tras el baño o transpirar, acordándote de secar bien la piel antes.
- Protege tu cuerpo con la ropa adecuada y usa sombrero
Opta por prendas holgadas y ligeras, de tejidos frescos y naturales como lino y algodón, y colores claros. Respecto a la gorra o sombrero, uno de ala ancha proyectará sombra a tu rostro y cuello, además de cubrir tu cabeza.
- Utiliza gafas de sol para evitar los daños oculares
Es necesario que las gafas tengan una protección 100 % frente a los rayos UV; solo si están homologadas por la Unión Europea, se garantiza que así sea.
- La sombra, tu mejor aliada
Resguárdate de los rayos del sol bajo los árboles o usa sombrilla, pero no olvides que su protección no es total: deberás aplicarte fotoprotección igualmente.
- Educa a tus hijos sobre la necesidad de protegerse del sol
Los niños menores de 1 año nunca deben ser expuestos directamente al sol y, cuando tienen 2 o 3 años, sus padres deben extremar todas las medidas de fotoprotección (prendas de vestir, gorros y gafas de sol), así como aplicarles fotoprotectores específicos para niños.
- Ten mucho cuidado con las salas de bronceado
El bronceado artificial no protege frente al fotoenvejecimiento y conlleva un riesgo de cáncer de piel, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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