Diario de un redactor en cuarentena

Muy buenas soy Enrique González, redactor de GNDiario y, la verdad es que no pensaba que este aislamiento se me fuera a hacer tan duro.

De lunes a viernes sigo con mi rutina normal. Me levanto a las siete de la mañana y desayuno para poder estar a punto y 'entrar' en remoto a trabajar a las siete y media hasta las doce y media de la mañana. Por la mañana se puede decir que yo sigo mi rutina normal… Pero el problema llega por la tarde cuando realmente no sabes qué hacer porque lo que realmente te distrae y te aleja un poco de todo, lo has dejado aparcado por la mañana.

Lo más importante #QuédateEnCasa

Podemos llenar hasta la seiscientas palabras un texto con la frase #QuédateEnCasa, pero ni sería cien por cien mío y quedaría un tanto paranoico. #QuédateEnCasa SÍ. Pero estos días ante la relativa 'avalancha informativa', algunos medios quieren vender lo de siempre, porque saben que vende y porque todos sabemos que España sigue y después del aislamiento seguirá siendo un 'país de pandereta'.

Porque seguiremos comprando periódicos y seguiremos leyendo muros de pago en los que imperen estanterías vacías y llamadas al caos. Y como seguiremos comprándolo y seguiremos aplaudiéndolo hay gente que seguirá vendiéndose por su plato de comida para realmente hacer esa basura de trabajo que es 'alarmar a la población' en vez de informar a la gente y en muchos casos, entretener. Tal y como lo hacen los que pueden salir de casa y hacen televisión o radio.

Porque hay gente que lleva una semana, cinco días y otros llevaremos algo menos. Pero ahora nos toca quedarnos en casa para vencer a este maldito virus y, sobre todo, nos toca pensar '¿qué haremos cuando se levante la cuarentena?' Uff, es una pregunta muy difícil. Y, aunque creo que este día llegará, yo sigo sin ver la luz al final del túnel.

Después de la cuarentena, me encantaría…

Después de la cuarentena me encantaría hacer tantas cosas. La primera de todas es que me encantaría volver a ver a mis amigos, que, desde hace días, nos intercambiamos mensajes o, en el mejor de los casos, nos vemos a través de una pantalla.

También porque no me gustaría ver a esos amigos que llevo años sin ver porque hay relativa distancia que lo impide. Llevaba semanas queriendo pensar en aquel viaje que ojalá me regalen los años. Un viaje por la cálida Sudamérica. Por las alturas de Quito con sus parajes singulares para visitar a mi amigo Ramiro. Por aquel trozo de costa uruguaya o para caminar por Los Andes en Chile.

Nos están bombardeando con la frase #QuédateEnCasa. Hace dos semanas yo mismo diría “Me quiero quedar en casa eternamente” o, por lo menos hasta que sea verano y me pueda ir a dar un paseo a la playa. Sólo quiero que este sueño sea la mitad de malo de lo que fue aquel final de 'Los Serrano', que, en 2008, se cargaron a golpe de “todo ha sido un sueño” y tranquilamente volvíamos a aquella imagen de 2003.

Efectivamente, me gustaría que todo hubiera sido un mal sueño. Que se hubiera quedado aquello en China y, sobre todo, que los gobernantes de la Unión Europea hubieran actuado un poco antes y, no hace prácticamente cinco días, cuando por un momento sólo el virus había ganado a cuatro mil millones de personas porque entre otros países europeos había visitado Italia y algunas regiones de España. Sin embargo, ahora no sólo tiene cogidos a italianos y españoles sino que, de momento parece haberle ganado la batalla a toda Europa.