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Washington, 19 mar (EFE).- El Congreso de Estados Unidos última el proyecto de ley presupuestario para financiar lo que resta de año fiscal, con una inversión total de 1,2 billones de dólares, el mayor aumento en gasto federal de los últimos años.
No obstante, el contenido final del texto aún es incierto, pese al acuerdo alcanzado entre demócratas y republicanos el mes pasado para poner fin a sus diferencias.
Algunos conservadores se han opuesto a elevar de tal forma los fondos no vinculados a Defensa, pero todo apunta a que se resolverá cualquier escollo antes de este 23 de marzo, cuando expirará el presupuesto actual.
El amplio acuerdo presupuestario de dos años que aprobó el Congreso el pasado febrero aumenta los gastos de Defensa en 80.000 millones de dólares y para el resto de inversiones en 63.000 millones para el año fiscal 2018.
Se espera que el texto final se haga público al final del día de hoy y que la Cámara de Representantes vote sobre el mismo este viernes, dando dos días de margen al Senado para hacer lo propio.
Los congresistas confían en poder evitar otro cierre de la Administración, como el ocurrido hace unos meses, dado el acuerdo mayoritario alcanzado para el paquete bianual, pero no incluirán ninguna disposición destinada a regularizar a los jóvenes inmigrantes indocumentados, que fue la condición demócrata que causó entonces el cierre.
Sin embargo, este acuerdo presupuestario será uno de los grandes paquetes legislativos que saldrán del Congreso antes de las elecciones de noviembre próximo, cuando se renovará un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara Baja, por lo que los congresistas han tratado de introducir enmiendas que beneficien a sus votantes.
En este sentido, destaca un paquete de fondos valorado en 900 millones para un proyecto ferroviario en el corredor noreste del país conocido como Gateway, prioritario para el líder de la minoría demócrata, el senador por Nueva York Chuck Schumer, que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha amenazado con vetar.
Otro de los aspectos que causa mayor debate es el clásico intento republicano por hacer modificaciones en la financiación de las clínicas abortivas.
Los conservadores insisten en extender la conocida Enmienda Hyde, destinada a restringir el uso de dinero federal para clínicas abortivas, a los nuevos fondos para Obamacare, la conocida reforma sanitaria del expresidente Barack Obama.
Los demócratas argumentan que esto representaría una expansión de la Enmienda Hyde a otro área de financiación, evitando que el Gobierno ofrezca dinero a cualquier plan de seguro que tenga cobertura de aborto.
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