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Madrid, 26 feb (EFE).- El consumo de cemento en España creció un 11 % en 2017, hasta alcanzar las 12,3 millones de toneladas, lo que supone la mejor cifra absoluta del último lustro y el inicio de la recuperación del sector, según un estudio de la Agrupación de Fabricantes de Cemento de España (Oficemen).
En 2014 y 2015, la demanda subió un 0,4 % y un 5 %, respectivamente, pero experimentó una caída del 3,1 % en 2016, con lo que el crecimiento del año pasado supone el más significativo de los últimos diez años, y, según Oficimen, que ha apuntado que las exportaciones bajaron el 10 % por la pérdida de competitividad que conllevan los altos precios eléctricos.
Para este ejercicio, las previsiones continúan con la tendencia al alza y Oficemen estima que el consumo de cemento alcanzará las 13,7 millones de toneladas, un 12 % más.
No obstante, la patronal ha subrayado que el crecimiento de 2017 solo representa una subida de poco más de un millón de toneladas, una cifra reducida si se tiene en cuenta que desde 2007 la industria cementera ha perdido un 80 % de su volumen de actividad.
El presidente de Oficemen, Jesús Ortiz, ha destacado que el sector debería situarse en torno a los 25 millones de toneladas anuales, "por lo que estamos a la mitad de lo que supondría un nivel normal".
"Hemos iniciado el camino en la senda de la recuperación pero estamos muy lejos de donde podemos y debemos estar", ha subrayado.
Con respecto a la obra civil, Ortiz ha destacado que, aunque continua siendo el principal destino del consumo, se sitúa en mínimos históricos, con una bajada de un 75 % en la última década, en la que ha pasado de 19 millones de toneladas en 2008 a 5 millones en 2017.
Una de las consecuencias negativas del déficit de la actividad constructora y de la paralización de la inversión pública es que se está generando una pérdida de "stock" de capital público que supera los 30.000 millones de euros desde 2012, según los datos de la patronal cementera.
Las exportaciones han experimentado un descenso de en torno un 10 % y se han situado por debajo de las 9 millones de toneladas en 2017.
Esta caída estuvo motivada por la pérdida de competitividad del sector debido principalmente al incremento de los costes eléctricos, según Ortiz, una tendencia que continuará este año, según Ortiz.
"Todo indica que las exportaciones seguirán bajando", ha apuntado, tras subrayar que este factor beneficiará a países como Turquía y al norte de África "porque tienen costes de energía más baratos y competitivos".
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