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Buenos Aires, 27 dic (EFE).- El Gobierno argentino reglamentó hoy el impuesto sobre la renta financiera, que gravará los réditos derivados de inversiones en bonos y plazos fijos, mediante un decreto publicado en el Boletín Oficial.
El impuesto se aplicará de manera retroactiva para todo 2018 y estipula el pago de una tasa entre el 5 % y el 15 % para los rendimientos que excedan los 67.000 pesos anuales (unos 1.730 dólares).
El mínimo del 5 % se aplicará a aquellas inversiones realizadas en pesos argentinos sobre el monto mínimo estipulado, mientras que la renta derivada de activos en dólares o en pesos ajustables por inflación (UVA o CER) tributará al 15 %.
Esta tasa se aplicará sobre la renta de los plazos fijos, la compra-venta de dólares y el cobro de alquileres, así como la compra de bonos emitidos por el Estado Nacional o provincial.
Solo quedan exentos del impuesto los fondos en cajas de ahorro, inversiones en acciones de empresas argentinas y las ganancias resultado de una valorización de cuotas pertenecientes a fondos comunes de inversión con un mínimo de 70 % en acciones argentinas.
Esta ley ya fue aprobada por el Gobierno a principio de año y tenía como plazo final hasta hoy para ser reglamentada a través del decreto en el Boletín Oficial.
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