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París, 21 dic (EFE).- El Parlamento francés adoptó hoy el proyecto de presupuestos para 2018, el primero del mandato de Emmanuel Macron, que incluye varias de las reformas más significativas del nuevo presidente y su voluntad de que el déficit público siga por debajo del 3 % del Producto Interior Bruto (PIB).
El texto, que finalizó su tramitación con un voto definitivo en la Asamblea Nacional, incluye, entre otras, la supresión del impuesto sobre la fortuna (ISF), lo que amputará la recaudación en unos 3.000 millones de euros y ha servido a la oposición para calificar a Macron de "presidente de los ricos".
Ese gravamen quedará limitado al nuevo impuesto sobre la fortuna inmobiliaria, con el que el fisco espera ingresar unos 700 millones de euros.
Otro de los cambios más simbólicos, con el que el Gobierno ha querido marcar su fibra social, es la supresión de la llamada "tasa de habitación" para el 80 % de los contribuyentes.
La eliminación de ese impuesto local que pagan quienes ocupan una vivienda, sean propietarios o inquilinos, se irá desplegando de forma progresiva durante todo el quinquenio, y por tanto en 2018 tendrá una repercusión muy parcial.
En esos presupuestos se unifica además en un tipo único del 30 % el gravamen al que pasarán a estar sometidas la mayor parte de las rentas de capital, incluidas algunas que ahora gozaban de exenciones.
Eso beneficia a las personas más ricas, que hasta ahora tenían un tipo progresivo en función de sus rentas.
La versión definitiva del texto ha sido refrendada después de tres meses de debates y busca sanear las finanzas públicas e impulsar la economía.
El Instituto Nacional de Estadística previó este martes que la economía francesa crecerá este año un 1,9 %, lo que significa el mayor ritmo desde 2011 y dos décimas más que la previsión efectuada por el Gobierno hasta ahora.
El diario económico "Les Échos" recordó hoy que el gasto público deberá representar un 54 % del PIB en 2018, después del 54,7 % esperado en 2017.
"No tenemos más que un objetivo: invertir la curva del gasto público. Pensar que se puede gastar más de un año para otro (...) es un error contra el que hace falta luchar", dijo en la presentación de los presupuestos en septiembre el entonces portavoz del Gobierno, Christophe Castaner.
Este presupuesto fue apoyado por la mayoría parlamentaria integrada por La República en Marcha (LREM) y el centrista Modem, y rechazado tanto por los conservadores Los Republicanos, como por los socialistas, los comunistas y la izquierda radical, que lo han tachado de presupuesto "para los ricos".
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