El "testaferro de Rato" lamenta su "pesadilla" y tomará medidas si le difaman

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20/02/2018 - 15:38
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Madrid, 20 feb (EFE).- El empresario Alberto Portuondo, supuesto testaferro de Rodrigo Rato, ha roto su silencio y en declaraciones a Efe lamenta haber vivido una "auténtica pesadilla", sin condena tras dos años de instrucción, al tiempo que anuncia que tomará medidas legales contra quienes le difamen.

Portuondo está imputado junto con el exvicepresidente del Gobierno en la causa que investiga el entramado societario y el origen de la fortuna de Rato.

Según la investigación, el empresario habría cobrado, a través de la empresa Albisa Inversiones, dos millones de euros de las compañías Publicis y Zenith a cambio de haber favorecido presuntamente que Bankia las contratase para el lanzamiento de la campaña de su salida a Bolsa.

Portuondo ingresó en la cárcel madrileña de Soto del Real en agosto de 2015, y en noviembre de ese año quedó en libertad al considerar la Audiencia Provincial de Madrid que no había riesgo de fuga.

Además, en una declaración por escrito enviada a Efe, que firma "Alberto orgullosamente Portuondo", reivindica su carrera profesional de "más de 30 años", caracterizada por el "el esfuerzo y la dedicación", que tras la imputación parece que ha consistido sólo en "cobrar 'mordidas' amañadas sin hacer absolutamente nada y sin saber nada de empresas, negocios o marketing".

Por ello, al tiempo que reclama la presunción de inocencia, anuncia que se defenderá "con todos los recursos legales de los que disponga" y aclarará "las cosas que tenga que aclarar para que mi posición se circunscriba a lo que las pruebas demuestren y a la interpretación de la justicia".

Portuondo explica que aunque cree que "era mejor hablar después de un juicio y una sentencia", su vida actual, cuando en la opinión pública y por lo que se ha venido publicando "no existe ninguna presunción de inocencia, sino la certeza de que realmente soy un delincuente", le han movido a romper su silencio.

No sólo han sido tres meses y tres días de cárcel, añade, "la peor experiencia que uno se puede imaginar, entre la enfermedad y la muerte, una muerte social", sino las consecuencias "tan graves y tan dolorosas de esta 'sentencia de telediario'".

Asegura que lleva dos años "sometido por Google" por las búsquedas que se hacen de su nombre, con lo que "se han cargado" su reputación empresarial y profesional y se han reducido "casi a la nada" sus intentos de proseguir con su vida laboral o de presentarse "sin miedo" a decir su nombre o a colaborar en proyectos mínimamente serios.

"Hasta ahora me he callado, pero que todo el mundo tenga por seguro que mi silencio no ha sido para otorgar nada; la paciencia y la educación también tienen un límite", asegura Portuondo.

Máxime cuando "convertirte en un apestado social años antes del juicio complica tremendamente la defensa y el derecho a vivir casi desaparece".

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