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Barcelona, 28 ago (EFE).- La abundante publicidad, con un fuerte impacto, que reciben los menores españoles de campañas publicitarias de alimentos con elevadas cantidades de azúcar, poco saludables, es uno de los factores que les puede provocar sobrepeso.
Así lo aseguran los profesores de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC) Mireia Montaña y José Ramón Ubieto, que defienden que la obesidad infantil es una "suma de factores", entre los que destaca la tendencia de los menores a consumir determinados productos no saludables por la forma "sistemática, atractiva y persuasiva" en que son presentados.
En declaraciones a Efe, Ubieto ha explicado que otro factor es la correlación que existe entre el consumo masivo de televisión e internet por parte de los jóvenes y la actividad sedentaria que conlleva, "que conduce irremediablemente al sobrepeso por falta de actividad física".
Según Montaña, los menores españoles reciben el impacto de casi 9.000 anuncios anuales a través de la televisión, sin contar aquellos presentes en plataformas alternativas como las redes sociales o internet, y se calcula que aproximadamente uno de cada tres niños y niñas españoles tienen sobrepeso.
Ante estos datos, y aunque no existe un estudio científico concluyente, Montaña y Ubieto, éste último autor del libro "Niñ@sHiper: infancias hiperactivas, hipersexualizadas e hiperconectadas", han coincidido en que hay una gran evidencia respecto a la relación entre ver la televisión y consumir alimentos "de alta densidad energética".
Otros estudios indican la franja de edad de 12 a 17 años como el periodo más importante de consumo de publicidad en menores, ya que las marcas "intentan captar consumidores a una edad muy temprana con el supuesto que si consiguen el vínculo cuando son menores, la relación con ellos puede ser para toda la vida", advierte Ubieto.
Además, según el libro que ha publicado la editorial UOC, titulado "El impacto de los medios de comunicación en la infancia. Guía para padres y educadores", hay indicios que sugieren que la exposición a la publicidad puede contribuir también a consolidar una actitud materialista entre los jóvenes.
Según este ensayo, se genera una relación entre la exposición a la publicidad y el refuerzo de deseos de productos de marca, productos anunciados y la voluntad de poseer cada vez más cosas.
Ubieto, profesor de Psicología, ha destacado a Efe que las maneras de abordar esta situación "no se resuelven únicamente con una regulación" y ha remarcado que es necesario que se aborde el tema desde tres perspectivas distintas.
"La primera de ellas es desde el Estado, a través de las administraciones sanitarias y la regulación de la publicidad, un segundo ámbito de actuación es a través de los padres, tutores legales y escuelas, y por último, los propios afectados", según el experto.
En el caso de los adultos, Ubieto aboga por la supervisión y por el ejemplo, por lo que ha argumentado que para ello, lo mejor que puede hacer un adulto es "cuidarse él mismo también", y en el caso de los menores, defiende que "también han de ser conscientes y no quitarse nunca la responsabilidad".
Ambos expertos concluyen que la educación es el "arma principal" para que puedan fomentar su espíritu crítico y de este modo el discurso publicitario no sea "tan permeable" para los jóvenes y los pequeños "más vulnerables".
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