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Madrid, 12 abr (EFE).- Los grupos bancarios que operan en España obtuvieron un beneficio neto de 12.060 millones de euros en 2017, un 51,3 % más que los 7.970 millones ganados en 2016, una cifra que recoge las pérdidas registradas ese año por el Banco Popular, sin las que el beneficio global hubiera crecido un 5,3 %.
Así lo ha explicado hoy en rueda de prensa el presidente de la patronal bancaria, AEB, José María Roldán, reelegido hoy para otros cuatro años, que también ha destacado que los resultados individuales de esas entidades arrojaron unas pérdidas conjuntas de 6.532 millones por los elevados saneamientos que hubo que hacer tras la resolución del Popular.
Por ese motivo, estas cifras, explica la AEB, son "poco representativas" de la actividad del sector, y contrastan con los beneficios de 3.009 millones obtenidos el año anterior según las cuentas individuales, que también incluían fuertes provisiones.
Roldán ha explicado que la decisión adoptada por las autoridades europeas de resolución para el Banco Popular, que el 7 de junio de 2017 fue intervenido y posteriormente vendido al Banco Santander, ayudó a mantener la estabilidad financiera y evitó el uso de recursos públicos.
En este sentido, y preguntado por si deben salir a la luz todos los aspectos incluidos en los informes sobre el Popular elaborados por la Junta Única de Resolución (JUR) y Deloitte, ha dicho que habría que reflexionar al respecto, pero ha apostado por la transparencia.
Volviendo a la banca española, Roldán ha puesto en valor el gran esfuerzo de consolidación hecho por estas entidades desde el inicio de la crisis, propiciado por la compleja e intensa regulación, la transformación digital y por los bajos tipos de interés.
Pese a ello, ha recordado que supervisores y reguladores siguen mandando mensajes que no descartan una nueva ronda de fusiones en la banca española.
Preguntado por las fusiones transfronterizas, Roldán ha insistido en su idea de que si no ha habido ninguna en diez años será porque no se ha hecho bien la unión bancaria, y ha aventurado que, en caso de haber alguna, que no será "de hoy para mañana", la banca española tendrá un papel "protagonista".
A juicio de Roldán, una vez superada la crisis que se inició en 2008, no se puede descartar que las entidades sigan cerrando oficinas, al tiempo que ve más estabilidad en el recorte de plantillas.
Preguntado por la Circular europea que exigirá a las entidades nuevos colchones anticrisis, admitió que es "exigente" y va a tener un cierto impacto en las cuentas de los bancos, aunque éstos están acostumbrados a lidiar con este tipo de exigencias.
En cuanto a la posibilidad de que la banca vuelva a entrar con fuerza en el crédito promotor y alguna entidad pueda incurrir en prácticas de riesgo, Roldán no se mostró preocupado, ya que en 2017 se construyeron unas 85.000 viviendas, muy lejos del pico de 600.000 justo antes de estallar la "burbuja".
Preguntado por la rentabilidad del sector bancario, que cerró 2017 con un ROE del 6,16 %, explicó que aunque la banca española está mejor que las de otros países del entorno, el ratio se debería situar al menos en el 10 %, que sería equivalente al coste de capital, y es "lo deseable y lo que nos piden los accionistas".
Tras la larga crisis, el sector es ahora más solvente y rentable y está preparado para contribuir al desarrollo económico de España, gracias a la enorme limpieza de balances realizada en estos años, que asciende a más de 260.000 millones, un 26 % del PIB español, y está ya en sus últimos momentos, aunque aún hace falta un esfuerzo.
El balance consolidado de los grupos bancarios se elevó a cierre de diciembre a 2,53 billones de euros, inferior en un 2,3 % al correspondiente al ejercicio anterior.
El crédito a los clientes se redujo un 3,3 % interanual, equivalente a 51.000 millones de euros, y quedó en 1,48 billones de euros, en tanto que la morosidad de la cartera mejoró hasta el 4,6 % frente al 5,7 % de un año antes.
Roldán no quiso aventurarse a pronosticar que este será el año en el que veamos un crecimiento del crédito, aunque admitió que podría ser así, gracias a la evolución de la economía.
Los depósitos de la clientela también bajaron, un 1 %, equivalente a 15.000 millones de euros, y se situaron en 1,38 billones, en tanto que la ratio de capital, afectada por la citada absorción del Popular, se situó en términos de CET1 o capital de máxima calidad en el 12,17 %, 19 puntos básicos menos.
En cuanto a los principales márgenes de la cuenta, el de intereses -que recoge los principales ingresos- aumentó un 4,5 % y avanzó hasta los 59.000 millones, en tanto que el bruto -que añade ingresos por comisiones- creció un 3,8 % y se acercó a los 85.000 millones.
Tras restar unos gastos de explotación de 41.733 millones (un 0,4 % más) y unas dotaciones y provisiones por deterioro de activos de 20.000 millones (-10 %), el resultado de la actividad de explotación de la banca subió un 41,5 % y se situó en 15.264 millones de euros.
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