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Tokio, 28 dic (EFE).- La Bolsa de Tokio acabó hoy con un retroceso anual del 12 %, el primer saldo negativo desde en siete años, en un ejercicio marcado por los vaivenes bursátiles generados por la guerra comercial entre EE.UU. y China, entre otros factores.
El Nikkei, que reúne a los 225 títulos más representativos del mercado, perdió hoy un 0,31 % o 62,85 puntos, hasta 20.014,77 enteros, en una sesión determinada por la toma de beneficios tras los avances de las dos últimas jornadas.
Por su parte, el Topix, que incluye a los dos millares de firmas con mayor capitalización, perdió hoy 7,54 puntos o 0,50 %, hasta 1.494,09 enteros.
El 12 % de retroceso en 2018 contrasta con el 19 % de avance que tuvo el Nikkei en 2017. La última vez que el parqué tokiota cerró el año en negativo fue en 2011, cuando Japón sufrió un fuerte terremoto y todavía coleaba la más reciente crisis económica.
La mitad del descenso anual acumulado se registró en la segunda quincena de este mes, por el impacto de las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y las críticas lanzadas contra esa institución por el presidente Donald Trump.
Fue una progresiva caída después de que el máximo anual del Nikkei al cierre se anotara el 2 de octubre pasado, de 24.270,62 puntos, un 17,5 % por ciento de los puntos logrados en la última sesión del año.
Las dudas generadas por las decisiones de la Fed fueron la guinda de las turbulencias en los mercados bursátiles asiáticos que se han venido desarrollando durante este año por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Los pesos pesados del parqué tokiota han tenido un resultado negativo a lo largo de la jornada, algunos afectados por razones globales y otros por motivos más cercanos.
Toyota Motor, la firma con la mayor capitalización del mercado, acabó el año con un retroceso del 11 %, mientras que el grupo de telecomunicaciones Softbank bajó un 18 %.
La caída de Softbank estuvo ligada en los últimos meses, entre otros factores, con los vínculos de ese grupo nipón con Arabia Saudí por medio del fondo de inversión conjunto con participación estatal saudí.
Esa relación afloró con el escándalo que estalló a raíz del asesinato del periodista Jamal Khashoggi y el papel que pudieron tener las autoridades saudíes, teniendo en cuenta que el homicidio se llevó a cabo en el consulado de Arabia Saudí en Estambul.
Otros títulos han sufrido también sus propias penas. Nissan, por ejemplo, cayó este año un 22 % a raíz de la detención de su presidente, Carlos Ghosn, por supuestas irregularidades financieras, un hecho que conmocionó el mundo de los negocios en este país.
Entre los acontecimientos más importantes registrados en el ejercicio que se cierra figura el debut bursátil de la división de telefonía del grupo Softbank, que se lanzó al parqué tokiota, con poco éxito, el pasado 19 de diciembre.
El precio inicial era de 1.500 yenes (11,73 euros/13,36 dólares), pero ese mismo día bajó hasta los 1.282 yenes (10 euros/11,4 dólares), un 14,5 por ciento menos. Fue un mal comienzo para el lanzamiento más importante en la historia bursátil nipona.
Desde entonces, Softbank Corp, como cotiza en la Bolsa de Tokio la división de telefonía básica del grupo, no ha podido convencer al parqué, y hoy acabó con un precio de 1.358 yenes (10,7 euros/12,3 dólares).
Para el año que viene se espera que el parqué tokiota siga de cerca la evolución de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, por una parte, y la reacción de los mercados a las subidas en las tasas de interés de EE.UU. que haga la Reserva Federal.
En el plano local, la única preocupación que pueden tener los operadores será a partir de octubre, cuando aumente del 8 al 10 % el IVA, con el consecuente impacto en el consumo y, en términos generales, en la actividad económica del país.
En su último discurso del año, el pasado martes, el gobernador del BoJ, Haruhiko Kuroda, no anticipó grandes nubarrones en los intentos de Japón por alcanzar el moderado crecimiento que lleva acumulado desde 2013.
Pero también alertó sobre el impacto de la guerra comercial entre las dos principales economías del mundo, las políticas proteccionistas que se derivan y las turbulencias que pueden generar en los mercados financieros.
Si persiste este problema "el impacto negativo podría ser amplificado a través del deterioro en el sentimiento del mundo de los negocios y la inestabilidad en los mercados financieros", alertó Kuroda.
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