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Con el fin de ofrecer una mejor asistencia a las personas sordas, los profesionales de salud mental de Castilla y León aprenderán lengua de signos.
Esto será posible gracias a un convenio para 2021-2025 -prorrogable- firmado entre el Colegio de Psicología de Castilla y León (COPCYL) y la Federación de Asociaciones de Personas Sordas de Castilla y León (FAPSCL), que tiene como meta que las personas sordas puedan recibir asistencia psicológica de forma autónoma, según informa Europa Press, que también recoge un comunidado del COPCyL por el que explican que el Covid-19 está obligando a "extremar la atención" de este colectivo debido al uso de las mascarillas y al aumento del aislamiento.
Entre las causas que han acentuado su fatiga psicológica, también se encuentra el aumento de la atención telefónica en detrimento de la presencial.
Aprender lengua de signos favorecerá la autonomía de más de 12.000 personas
El convenio pretende sumar esfuerzos en pos de favorecer la autonomía y la integración de las personas sordas, que en Castilla y León eran 12.539 en 2020, según la Gerencia de Servicios Sociales de Castilla y León. Además de formar en lengua de signos, la agencia informa que recibirán formaciones en violencia de género, manejo del estrés o afrontamiento psicológico, además de organizar charlas divulgativas y de sensibilización, ya que también se busca atender las necesidades de las familias de personas sordas y de su entorno.
"La interacción del profesional con el paciente ha de ser lo más fluida posible, y desde los colegios de psicólogos siempre trabajamos para que así sea. La mejor manera de atender a una persona sorda es conociendo la lengua de signos para que pueda expresarse abiertamente con el profesional que le trata", indicó este martes a Europa Press el presidente del COPCYL, Jaime Gutiérrez. También resaltó el trabajo de los intérpretes conocedores de lengua de signos, que "logran transmitir a la perfección los mensajes que nos trasladan los pacientes sordos".
Un paso adelante para la plena inclusión
La lengua de signos debería ser una materia más accesible para cualquier persona, ya que el aumento de su conocimiento entre la población favorecerá la integración de las personas sordas y sordociegas. Promover su difusión en todo ámbito, más allá del doméstico, educativo y sociosanitario, favorecerá que este colectivo se integre plenamente en la sociedad. Existen referencias expresas a las lenguas de signos en ocho estatutos de Autonomía, una ley estatal y dos leyes autonómicas. No obstante, es importante seguir trabajando para asegurar su protección jurídica y normalización en la sociedad.
En 2018, ABC informaba que en España había 1.064.000 personas sordas (INE), de los cuales menos del 10 % tienen estudios universitarios. Además, también indicaban que en España había un solo intérprete por cada 143 personas, lo cual, en el norte de Europa, aumenta a 1 por cada 10 personas.
Es importante seguir extremando la atención a personas sordas y sordociegas, no solo en materia de lengua de signos, sino en atención. El confinamiento supuso un aislamiento mayor al que ya viven, ya que además las personas sordociegas no pueden atender videollamadas. Por ello la Fundación ONCE desplegó cerca de 500 programas con el fin de acercar mediadores a sus lugares de residencia.
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