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París, 28 dic (EFE).- Después de la oleada terrorista que hundió el turismo en Francia en 2016, la recuperación del sector se ha visto frenada este 2018 por el efecto del movimiento contestatario de los "chalecos amarillos".
Primero alzó la voz el Gobierno francés, después el sector de la distribución, el transporte y el comercio y ahora el del turismo, actividad que representa el 7,2 % del PIB del país.
"El 2018 iba a ser un año muy bueno, al nivel de los años 2013 y 2014", dijo a EFE Hervé Becam, el vicepresidente de la Unión de Profesiones y de Industrias de los Hoteles (UPIH), que agrupa a las principales cadenas de alojamiento en Francia.
Becam lamentó que las imágenes de vandalismo en París durante las manifestaciones de los "chalecos amarillos" de este diciembre hayan "minado" la imagen de Francia internacionalmente y provocado la preocupación entre los turistas, tanto entre los que ya habían reservado como en los que programaban hacerlo.
Los "chalecos amarillos", un movimiento ajeno a un partido o sindicato organizado en las redes sociales, comenzaron a manifestarse el pasado 17 de noviembre en contra del alza de los impuestos al carburante, aunque posteriormente sus demandas se centraron en promover el poder adquisitivo de las clases medias.
La popularidad de las protestas y las escenas de violencia llevaron al presidente francés, Emmanuel Macron, a anunciar el 10 de diciembre medidas extraordinarias para aplacar las protestas, como un aumento del salario mínimo y una exoneración tributaria de las horas extras.
Según los cálculos del Becam, el alojamiento en hoteles en París, una de las ciudades más visitadas del mundo, cayó un 30 % entre el 1 de diciembre y el 25, en relación con el mismo periodo de 2017.
Una parte de esta disminución se debe a la anulación de reservas (10 %) y el resto de los que planeaban visitar la capital francesa pero que finalmente decidieron no hacerlo.
Según el vicepresidente de la asociación, "estábamos remontando el vuelo respecto a malos años como 2016", cuando el turismo en Francia se desplomó por el efecto de los graves atentados terroristas del 13 de noviembre de 2015 en París y Saint-Denis (130 muertos) y del 14 de julio de 2016 en Niza (86).
Pero lo que más preocupa a los hoteles es que ese tendencia se prolongue en 2019: "Las imágenes de violencia en París fueron vistas por mucha gente. Muchos se plantearán si reservan o no. Esto es lo que más nos inquieta", asumió Becam.
A falta de cifras oficiales, el sector estima la pérdida de volumen de negocios en "cientos de millones de euros" y una notable caída del empleo en el sector, que contratará menos que lo esperado.
De momento, las protestas, que han incluido bloqueos en peajes, en accesos de centros comerciales y en refinerías, laminarán una décima del PIB francés en el cuarto trimestre, según la última estimación del ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire.
En la entrada del lujoso hotel Intercontiental, a dos pasos de la parisina plaza de la Ópera, persiste un goteo continuo de huéspedes, la mayoría extranjeros, especialmente de origen asiático.
Han decidido acudir a la ciudad del Sena, a pesar de que sigue en pie la movilización de "chalecos amarillos", que pide una mejora de los ingresos de las clases medias y ha puesto en jaque al Gobierno de Emmanuel Macron.
Un treintañero estadounidense procedente Washington D.C. aseguró a EFE que la oleada de manifestaciones no le hizo cambiar de opinión, porque, juzgó, se trata de un movimiento "con altos y bajos".
Sin embargo, un joven del oeste de Alemania acompañado por su familia sí reconoció que se plantearon anular o postergar la reserva en el hotel.
"Habíamos reservado con antelación y no nos merecía la pena cancelarla. Ahora estamos bien", anotó a EFE.
El Ayuntamiento de París anunció que celebrará la quinta edición de su espectáculo de luz y sonido para conmemorar la entrada de 2019 en la zona de los Campos Elíseos, aunque grupos de "chalecos amarillos" podrían marchar por esa parte de la ciudad.
La capital francesa ha recibido seis marchas semanales desde mediados de noviembre, algunas de ellas, como la del 1 de diciembre, especialmente violentas, cuando fue asaltado el Arco del Triunfo.
Según estimó a inicios de diciembre el Consistorio, los destrozos en la oleada de protestas tendrán un coste económico "colosal".
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Antonio Torres del Cerro
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