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Berlín, 12 abr (EFE).- La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó hoy que estudia cómo lograr que la construcción del Nord Stream II, un gasoducto que unirá directamente Rusia con Alemania, no dañe económicamente a Ucrania, que perdería ingresos por derechos de paso.
"Por un lado se trata de un proyecto económico. Pero por otro lado influye mucho en Ucrania. Hay un gran acuerdo para que Ucrania siga teniendo un papel como país de tránsito" del gas ruso a Europa, aseguró Merkel en una rueda de prensa en Berlín junto al primer ministro danés, Lars Løkke Rasmussen.
Rasmussen, por su parte, consideró que es necesario "tomar en serio las preocupaciones de Ucrania" y buscar una solución en la que "Ucrania no se vea afectada negativamente".
Estas declaraciones de Merkel siguen a las que ofreció este martes, cuando reconoció por primera vez, tras reunirse con el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, que el Nord Stream II no era sólo un "proyecto empresarial", sino que también tenía "factores políticos".
Hasta entonces la canciller había dicho que el Nord Stream II era un proyecto empresarial en el que el Gobierno alemán no debía entrometerse, pese a las críticas nacionales e internacionales por la delicada posición en que dejaba a Ucrania.
Kiev, por su parte, había insistido en que Rusia está utilizando políticamente el proyecto, que está liderado por la gasista estatal rusa Gazprom, y apelaba a un cambio de postura en Berlín, uno de sus grandes valedores internacionales en sus diferencias con Moscú por el conflicto en el este de Ucrania.
Con el Nord Stram II, Ucrania teme que Alemania, al poder recibir directamente una mayor cantidad de gas ruso, recurra menos al que pasa por los gasoductos que atraviesan su territorio, con lo que perdería capacidad de influencia política y una notable cantidad de ingresos vía impuestos de paso.
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