El miedo a las agujas, desde bebés hasta adolescentes

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20/02/2022 - 11:30
Las agujas y los niños/ Yo me cuido

Lectura fácil

Según han registrado algunos estudios, un 25 % de la población presenta miedo a las agujas, una fobia incontrolable que en numerosas ocasiones cuando nos enfrentamos a una inyección provoca nervios, náuseas, ataques de pánico, etc.

Se podría decir que este miedo irracional, conocido como tripanofobia, nos acompaña desde que somos pequeños y puede ocasionar que muchas personas eviten ponerse vacunas o hacerse cualquier tipo de análisis, lo que puede suponer un grave problema para la salud a corto o largo plazo.

Si ese miedo a las agujas de cuando somos pequeños persiste en el tiempo, incluso cuando somos adultos, se debe a que en la infancia no supimos gestionar ese miedo o porque existen experiencias traumáticas del pasado en el momento de recibir pinchazos e inyecciones.

Cómo minimizar el dolor de las agujas

Cuando somos niños, asociamos las agujas con dolor. Y es que, aunque sea un dolor llevadero y breve, el umbral del dolor depende de cada persona, ya que hay niños más sensibles que otros, igual que adultos. Por tanto, es normal que se quiera evitar esas pruebas que hacen daño. Si se consigue minimizar este dolor, la experiencia será un poco más agradable.

La Asociación Española de Pediatría, señala en su página web que dependiendo de la edad podemos llevar a cabo algunas estrategias como por ejemplo las que detallamos a continuación.

En los bebés

Para que el niño o bebé se sienta más seguro y relajado ante las agujas es recomendable que los padres o personas con las que tienen más afín, lo cojan en brazos o incluso dándole de mamar para distraerle y calmarle. Si el bebé no toma pecho, la mejor manera para calmarle o distraerle es dándole algo dulce durante el pinchazo, en las consultas pediátricas tienen muchas veces preparados pequeños -de unos 2 ml.- de sacarosa para dar a cuentagotas.

Está científicamente demostrado que el contacto piel con piel no solo minimiza el dolor y el miedo a las agujas, sino que les proporciona consuelo y desahogo.

También se puede recurrir a técnicas de distracción, por ejemplo a los bebes más mayores, les gustan que les canten, les enseñen sonidos o imágenes. Usar juguetes con estas características mientras les pinchan puede ayudar a distraerlos y a que noten menos el dolor.

Hasta los seis años

Es una edad más complicada, ya que los niños son más conscientes de lo que va a ocurrir y pueden llegar a tener rabietas solo con ver a las agujas de lejos. En este caso se recurre a ir avisándolo días antes, para que se vaya haciendo la idea, también se recurren a las técnicas de distracción como por ejemplo el uso de algún objeto de apego que le haga sentir protegido, acompañados, calmado...

Es primordial que el niño se encuentre sentado ya que si están tumbados se suelen poner más tensos, y al levantarse, pueden llegar a sentirse un poco mareados. Sentarse sobre las rodillas de sus padres para que se sientan más acompañados también es una buena opción.

En el caso que sean niños muy nerviosos y que en otras ocasiones hayan ocasionado "problemas", es recomendable usar anestésicos tópicos, que son muy seguros y eficaces desde edades tempranas, aunque precisan de receta médica.

Mayores de seis años y adolescentes

Tras el pinchazo, para minimizar el miedo a las agujas, desde el Comité asesor de vacunas de la AEP se recomienda aplicar hielo para aliviar el dolor, pues “el frío local, aplicado lo más precozmente posible reduce la intensidad y acorta la duración de estos síntomas. El calor local está siempre contraindicado”.

En caso de niños mayores o incluso adolescentes, para aliviar el dolor ocasionado por las agujas, solo deberemos adaptar las estrategias usadas con los niños pequeños. Así, en lugar de un hacer pompas o cantarle una canción, podemos dejar que se lleven una consola, unos auriculares, el móvil, etc.

Todos los niños han de ser conscientes de lo bueno que son los pinchazos bien por vacunarse o hacerse alguna analítica, ya que esto puede prevenir numerosas enfermedades futuras.

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