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El tabaco lleva mucho tiempo en el punto de mira de muchos Gobiernos europeos, principalmente por sus efectos nocivos demostrados en la salud. Para controlar y reducir al máximo su consumo, se han implementado todo tipo de normativas. Por ejemplo en España, todas las cajetillas de cigarrillos deben llevar fotografías de sensibilización, se lanzan innumerables campañas para dar a conocer sus efectos en la salud y también se ha prohibido su consumo en muchos lugares.
De hecho, en la actualidad ha vuelto a la mesa de debate el aumento de dicha prohibición para que se extienda al último reducto que quedaba libre para los fumadores: Las terrazas. Sin embargo, no es el único método para frenar su consumo, también esta el plano económico ayudado por los impuestos. Y es que de media, el 80,8 % del precio de una paquete de tabaco son solo impuestos, e incluso en algunos países llega a alcanzar el 96 %.
De los casi 3 euros a los 13, ¿por qué varía tanto el precio del tabaco en Europa?
Si eres fumador o fumadora, seguramente hayas observado cómo el precio del tabaco ha ido incrementándose ampliamente en España en estos últimos años. Sin embargo, no es el país europeo en el que más se paga por él. Salvo Bulgaria, donde un paquete puede costarte de media unos 2,70 euros, en la gran mayoría de los países europeos una cajetilla de 20 cigarrillos puede costarte unos 5,4 euros, precios muy parecidos a los de España.
Sin embargo, existen otros países donde el precio del tabaco se eleva a más de 10 euros. Este es el caso de países como Francia, donde no esperes gastarte menos de 10,20 euros, o de Irlanda, el país con el precio más desorbitado, subiendo hasta los 13,4 euros. En el rango intermedio se encuentran Alemania, Países Bajos o Suecia, donde superarán los 6 euros por cajetilla. Pero, ¿Por qué se ven estos cambios de precios tan amplios?
Bueno, existen varios factores, como el tipo de tabaco que llega a cada país, los proveedores o el precios de los transportes e importaciones, pero también importan precisamente los impuestos que se pongan sobre este producto. Cada país es libre de elegir el porcentaje, por ejemplo en España es del 79,3 %, algo por debajo de la media, según datos de la Tax Foundation. Mientras que otros como Finlandia o Dinamarca se sitúan en el 96,1 %.
¿Serán medidas suficientes?
El tabaquismo es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de decenas de patologías y enfermedades, que no tienen porqué estar relacionadas exclusivamente con el cáncer de pulmón, uno de los más comunes por otro lado. Trabajar por la reducción del consumo de tabaco no es una tarea sencilla, ya que a pesar de todas estas medidas, y a pesar de que se haya reducido, aún sigue siendo bastante amplio y lo que es peor, se sigue empezando a edades muy tempranas.
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