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Johannesburgo, 16 feb (EFE).- El nuevo presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, apeló hoy al legado ético de Nelson Mandela para dar un "nuevo amanecer" al país y se comprometió a revitalizar la economía creando empleos, especialmente para los jóvenes, y recuperando la confianza de los inversores.
"Debemos honrar a 'Madiba' dejando detrás de nosotros la era de la discordia, la desunión y la desilusión. Debemos dejar atrás la era de la decreciente confianza en las instituciones públicas y de la debilitada confianza en los líderes", afirmó en el discurso sobre el estado de la nación ante el Parlamento, solo un día después de su asunción.
La intervención presidencial, que marca anualmente el comienzo del año legislativo en una sesión conjunta de las dos cámaras parlamentarias con invitados de todos los sectores sociales y del Poder Judicial, sirvió a Ramaphosa para anunciar las líneas de lo que será su Gobierno.
"Este es el año en el que daremos la vuelta a la marea de corrupción en nuestras instituciones públicas", dijo en alusión a los años de mandato de su predecesor, Jacob Zuma, quien dimitió el miércoles pasado forzado por su propio partido.
Ramaphosa enfatizó en los desafíos económicos como vía para paliar la pobreza y la desigualdad aún enquistada desde los tiempos previos a la llegada de la democracia (1994).
"Durante varios años nuestra economía no ha crecido al ritmo necesario para crear suficientes trabajos o para sacar a nuestra gente de la pobreza", señaló.
Especialmente trabajará para mejorar el desempleo juvenil, dijo, un asunto para el que prometió celebrar una cumbre que permita alinear esfuerzos de todos los sectores.
Asimismo, consideró fundamental recuperar la confianza de los inversores, que quieren una "nueva Sudáfrica", estimular el sector privado y a los pequeños empresarios y reducir la deuda pública, con "medidas difíciles" si es necesario.
Mejorar las infraestructuras, la industrialización, la gestión de las compañías públicas (muy golpeadas por los escándalos de corrupción) y fortalecer otros sectores claves como el de la tecnología y la innovación, el turismo o la agricultura, figuran también entre sus promesas.
Respecto a esta última área, avanzó que se trabajará en la redistribución de tierras y que, tal y como acordó su partido, el Congreso Nacional Africano (CNA), en su última conferencia, se aplicará la medida de la "expropiación sin compensación".
No obstante, puntualizó que lo harán con un enfoque sensible al crecimiento del sector.
También anunció que mantendrá la promesa de Zuma de dar educación superior gratuita, empezando este año por los estudiantes de primer curso procedentes de familias con menos ingresos.
"Si queremos romper el ciclo de pobreza tenemos que educar a los hijos de los pobres", razonó.
Otro punto que consideró a destacar fue la necesidad de asegurar la inserción de las mujeres en la economía, especialmente de las de la población negra.
También hubo lugar en el discurso para hablar de otros desafías del país como la criminalidad, el sida o la extrema sequía que asuela varias áreas del país, especialmente la costera Ciudad del Cabo.
Pese a que la mayor parte de su discurso hizo diana en los puntos débiles que dejaron los años de Gobierno de Zuma, Ramaphosa tuvo palabras de "gratitud" para el exmandatario por sus años de "servicio" y por los progresos realizados bajo su mando.
La mención tuvo una recepción mixta con aplausos iniciales desde la bancada oficialista que finalmente quedaron sofocados por abucheos.
"Nuestro país ha entrado en un periodo de cambio. Mientras que el cambio puede producir incertidumbre, incluso ansiedad, también ofrece grandes oportunidades de renovación y revitalización y para el progreso. Juntos vamos a hacer historia. Lo hemos hecho antes y lo haremos de nuevo", animó.
El discurso será contestado por la oposición y debatido la próxima semana.
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