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Londres, 1 feb (EFE).- La petrolera Royal Dutch Shell ha conseguido casi triplicar su beneficio atribuido en 2017 por la recuperación de los precios del crudo, a pesar de asumir una carga de 2.000 millones de dólares (1.613 millones de euros), relacionada con la reforma fiscal del presidente de EE.UU., Donald Trump.
La petrolera anglo-holandesa informó hoy, en un comunicado remitido a la Bolsa de Londres, de que su beneficio atribuido subió el 184 % en 2017 (casi el triple) frente a 2016, hasta alcanzar 12.977 millones de dólares (10.468 millones de euros).
El año anterior, Shell había registrado un beneficio atribuido de 4.575 millones de dólares (3.687 millones de euros).
Los ingresos de la empresa llegaron a 305.179 millones de dólares (246.187 millones de euros) en 2017, un ascenso del 34,64 % frente a 2016, mientras las adquisiciones se situaron el año pasado en 223.447 millones de dólares (188.158 millones de euros).
El beneficio antes de impuestos se situó en 2017 en 18.130 millones de dólares (14.612 millones de euros), frente a los 5.606 millones de dólares (4.518 millones de euros) en 2016.
La deuda de la petrolera se situó al 31 de diciembre de 2017 en 11.795 millones de dólares (9.506 millones de euros), mientras que el total de activos alcanzó en el año los 407.097 millones de dólares (328.120 millones de euros).
Así, el ratio de la deuda de Shell descendió hacia finales de 2017 al 24,8 % frente al 28 % el año anterior, lo que pone de manifiesto, según los expertos, que la recuperación de los precios del crudo está mejorando el balance de la petrolera.
Según la compañía, los resultados respondieron al repunte de los precios del crudo al llegar a los 70 dólares el barril por primera vez en más de tres años, gracias a un recorte del suministro por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El repunte del crudo contrastó con el precio de 27,26 dólares el barril en que estaba en enero de 2016, que afectó considerablemente los beneficios de las petroleras.
EE.UU. ha reducido el impuesto corporativo del 35 al 21 %, que inicialmente afecta a los beneficios de las compañías porque tienen que volver a calcular impuestos, pero Shell espera sacar provecho a largo plazo de esta reforma fiscal, según los analistas.
Tras divulgarse los resultados, las acciones de Shell en el parqué londinense bajaban el 0,97 % hasta situarse en 2.438 peniques.
El consejero delegado de Shell, Ben van Beurden, dijo hoy que "2017 ha sido un año de fuerte rendimiento financiero para Shell. Un año de transformación" y agregó que la empresa empieza 2018 con una "continua disciplina y confianza, comprometida a entrar unas sólidas ganancias".
La empresa añadió que también se benefició de una mayor producción en nuevos campos petrolíferos y que completó la venta de su negocio LPG en Hong Kong y Macau.
La producción de petróleo de Shell se situó en unos 3,6 millones de barriles diarios en 2017.
Shell señaló que ha completado unos 24.000 millones de dólares (19.344 millones de euros) del plan de desinversión de 30.000 millones de dólares (24.180 millones de euros) puesto en marcha cuando se produjo la adquisición del grupo energético BG en 2016.
El resto de la desinversión, agregó la compañía, está cerca de quedar completada.
El año pasado, a fin de ayudar a repuntar los precios, la OPEP y otros productores independientes acordaron en Viena seguir limitando la oferta de crudo.
A media mañana, el Brent cotizaba en el mercado de Londres a 69,53 dólares el barril.
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