Deconstruyendo el síndrome del impostor en el ámbito laboral: vence tus inseguridades y brilla con confianza

Experimentar la sensación de ser un engaño y creer que tus logros se deben solo a la suerte y no a tu propio esfuerzo tiene un nombre: el síndrome del impostor. Este fenómeno puede manifestarse en cualquier etapa de tu carrera, especialmente cuando estás en busca de empleo.

Pese a que en tu vida laboral demuestras tu capacidad, ¿estás convencido de que no mereces el éxito que has logrado? ¿Sufres inseguridad crónica? Los “impostores” rechazan toda demostración de éxito y piensan que es por mera suerte, es decir, estar en el lugar y el momento adecuados, o engañar a otros al pensar que son más inteligentes y capaces de lo que en realidad son.

Si este es tu caso, no eres el único. Las personas que sufren este síndrome viven comparándose con otras, autoexigiéndose demasiado y tratando de alcanzar la perfección, porque creen que solo así tendrán el reconocimiento que merecen. Se castigan demasiado por haber fracasado y viven con estrés y sufrimiento.

El síndrome del impostor se convierte en una gran amenaza que afectará al menos a un 70 % de los profesionales a lo largo de su carrera

Si estás convencido de que no estás a la altura de un empleo, esto puede evitar que te impongas o que corras los riesgos necesarios. Puedes obsesionarte con la idea de no cometer un error en lugar de ser proactivo. 

Dentro del ámbito laboral, existe el riesgo de que las personas que experimentan el síndrome del impostor no aprovechen todo su potencial. Debido a su sensación de no merecer lo que han logrado, es posible que eviten asumir riesgos, innovar o tener metas ambiciosas, las cuales suelen ser una fuente de motivación.

Además, la productividad de aquellos que sufren el síndrome del impostor tiende a disminuir. Estas personas enfrentan niveles de estrés superiores al promedio, ya que no se sienten merecedoras de su posición, lo que las lleva a esforzarse por demostrar lo contrario. Desafortunadamente, estos esfuerzos no están bien dirigidos y tienen un impacto negativo en la productividad. No priorizan adecuadamente las tareas y su enfoque no se limita a realizar su trabajo, sino a justificarlo y demostrar que lo merecen. Además, suelen posponer tareas que consideran que están más allá de sus capacidades.

Cuando se encuentran en el proceso de búsqueda o cambio de empleo, el síndrome del impostor actúa como un obstáculo. Lleva a quienes lo padecen a resaltar sus debilidades y dudar de sus fortalezas. Como resultado, es probable que eviten postularse para ciertos puestos o lo hagan con falta de confianza en sí mismos, lo cual sin duda tendrá un impacto negativo en una posible entrevista.

Deja de interpretar faltas o carencias en tu curriculum vitae o trayectoria profesional

"Debería saberlo todo", "debería hacerlo todo perfecto", "debería salirme fácil, sin esfuerzo" ... estas son algunas de las ideas que rondan por la cabeza de quienes conviven con el síndrome del impostor a la hora de hacer un CV y repasar todos sus logros laborales.

Identifica y anota tus sentimientos de "impostor" cuando surjan. Plasmarlos por escrito puede ayudarte a romper el ciclo de pensamientos negativos. A veces, al escribirlos, puedes ver esos pensamientos desde una perspectiva diferente y alejarte de ellos.

Crea una lista de tus fortalezas. Llevar un registro de tus logros es una excelente manera de recordarte a ti mismo que NO eres un fraude o un impostor. Cuando te sientas ansioso o desvalorizado, echa un vistazo a tu lista. Con el tiempo y una nueva perspectiva, esos logros que podrían parecer insignificantes adquieren mayor valor.

Evita la procrastinación. Dejar las cosas para después solo intensificará tus sentimientos de incompetencia. Enfrenta los problemas directamente y marca los elementos de tu lista de tareas pendientes. Aborda primero las tareas desafiantes para que, una vez completadas, experimentes una sensación de logro y fortaleza.

Es importante enfrentar estos desafíos, pero también puede ser beneficioso tener una pequeña dosis del síndrome del impostor. Mantener la humildad y enfocarse en mejorar los hábitos es positivo. Sin los efectos de este síndrome, podrías volverte arrogante y creer que eres infalible.

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