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Buenos Aires, 14 dic (EFE).- La sesión parlamentaria convocada por el Gobierno argentino para tratar hoy la reforma del sistema de jubilaciones fue cancelada después de que el oficialismo aceptara aplazarla por los graves disturbios generados dentro y fuera de la Cámara por el rechazo de la oposición y los sindicatos al proyecto.
"Como nosotros rechazamos la violencia yo le pido al señor presidente que levante esta sesión escandalosa", expresó, en medio del acalorado pleno, la diputada oficialista Elisa "Lilita" Carrió al titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.
Finalmente, Monzó aceptó levantar la sesión, a pesar de haber determinado, 45 minutos antes, que podía celebrarse por supuestamente contar con la presencia de la mitad más uno (124) del total de legisladores, 257, algo que había empeorado aún más el ambiente, con gritos e insultos de los diputados opositores, por considerar que no era verdad y había pasado además la hora prevista de comienzo.
Antes y mientras se desarrollaban los problemas dentro del recinto, graves incidentes se registraban en la plaza donde se ubica el Congreso, cuando agentes de Gendarmería y de la Policía seguían arrojando gases lacrimógenos y balas de goma a los manifestantes, que presuntamente tiraban piedras y quemaron contenedores y fueron convocados por las principales organizaciones sindicales.
Los enfrentamientos dejaron, según la oposición, varios diputados heridos.
"Tienen que tener cuidado los diputados de no atropellar a las fuerzas del orden. Yo estaba mirando desde el balcón...", expresó Carrió cuando en un primer momento se dio por comenzada la sesión, lo que provocó un fuerte abucheo de sus adversarios.
Seguidamente, la legisladora Victoria Donda, del izquierdista Libres del Sur, muy acalorada, pidió "un poquito de respeto y de solidaridad", ya que denunció haber sido agredida por la Gendarmería en la tarde de ayer, cuando en las afueras del Parlamento se dieron también disturbios durante una vigilia que rechazaba el debate de hoy.
"¡Si tengo los bastones es porque ayer en el operativo perverso que llevaron adelante lo único que lograron es reprimir a la gente y golpear los legisladores!", remarcó Donda, quien pidió, entre gritos, que se levantase la sesión.
Una vez dada por terminado el pleno y en declaraciones a la prensa, el diputado Agustín Rossi, presidente del bloque de diputados del opositor Frente para la Victoria-Partido Justicialista (peronismo kirchnerista, FpV-PJ), consideró que las condiciones en que se desarrolló todo el proceso "fueron irregulares".
"En el momento en el que el presidente dio por iniciada la sesión no había quorum y finalmente se impuso la cordura, y ni política ni reglamentariamente se podía llevar adelante la sesión", añadió, Rossi.
"Estamos contentos porque evitamos que se cometa un latrocinio para los jubilados y pensionados de Argentina. Esta ley es una mala ley, tenemos que terminar con que siempre el hilo se corta por lo más delgado. Si el problema tiene un problema fiscal que lo resuelva sin meterle la mano en el bolsillo a los jubilados", subrayó.
Tras concluir el pleno, los enfrentamientos entre manifestantes y policías afuera continuaban.
Fuentes del FpV-PJ informaron que en los incidentes, la Gendarmería "dejó inconsciente" al diputado de la formación Matías Rodríguez "por un golpe en la cabeza" y a la legisladora Mayra Mendoza "le tiraron gas pimienta en la cara".
"Lo que hicieron ayer y hoy con los operativos represivos es inaudito. Nunca el congreso vivió el estado de militarización de hoy", remarcó Rossi.
La discusión sobre la reforma se centra en el cambio de fórmula para calcular los aumentos de haberes jubilatorios.
Mientras la actual ley establece un ajuste semestral en base a un mezcla entre la recaudación de la Seguridad Social y la variación salarial, el mecanismo que propone el Gobierno fija que será trimestral y se calculará entre la inflación y los aumentos de sueldos.
La Central de Trabajadores de la Argentina había convocado para la jornada un paro general acompañado de una movilización a las afueras del Congreso en repudio a la reforma, al tiempo que la Confederación General de Trabajo, principal central sindical del país, había convocado un paro el viernes si la reforma era aprobada.
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