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La primera vacuna experimental que ha sido ensayada en humanos contra el COVID-19 está demostrando ser segura y bien tolerada de manera general.
La empresa estadounidense Moderna, la ha desarrollado en un tiempo récord, y ya tiene los resultados de la primera prueba con 45 voluntarios sanos, según comunicaba el pasado lunes la compañía.
El prototipo ha desarrollado en los ocho primeros participantes unos niveles de anticuerpos neutralizantes, similares o mayores que los de la sangre de los pacientes que han superado la enfermedad, comentaba la compañía en su comunicado.
La vacuna experimental está dejando uno resultados muy esperanzadores
Asimismo, la empresa que tiene sede en Cambridge, en el estado de Massachussets, informó de que su vacuna experimental también ha dejado una protección completa frente a la multiplicación del virus en los pulmones de ratones vacunados y después infectados.
Así lo demuestran los ensayos realizados junto al Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos.
Las primeras pruebas con animales y una cantidad mínima de personas han dejado buenos resultados, por lo que las autoridades estadounidenses autorizan el ensayo en fase 2 con 600 voluntarios sanos.
En caso de que todo transcurra igual de bien, la empresa tiene previsto comenzar en julio con la fase 3, lo que supone un ensayo con la vacuna experimental con miles de personas, para demostrar la seguridad y eficacia del tratamiento.
Desde Moderna esperan tener una vacuna para finales de año en Estados Unidos, y para otros países en 2021. Comunicaron que se encuentran con mucha motivación y muy orgullosos, pero respaldados por la humildad, de tener la oportunidad de contar con la primera vacuna experimental contra el coronavirus.
La vacuna experimental de Moderna es una de las 118 restantes que están registradas por la OMS. Ocho de dichas vacunas ya están siendo probadas en humanos.
Aún así, hay que seguir siendo cautelosos, pues los resultados preliminares, aunque sean prometedores, no garantizan su eficacia ni su seguridad.
Moderna utiliza una tecnología revolucionaria que antes no se había probado en una vacuna
La clave de la virulencia del COVID-19 está en las proteínas de sus espículas, son esa especie de "pinchos" que hacen que al verlo a través del microscopio parezca una maza de pinchos medieval.
Los científicos de la compañía copian parte del material genético del coronavirus, el ARN. El cual contiene las instrucciones para producir esa proteína de la espícula.
Inyectando esa receta de ARN en una persona, las células humanas solo fabrican la proteína del virus, y en teoría, desencadenan una respuesta inmunitaria sin peligro.
Desde Moderna están trabajando para aumentar la capacidad de fabricación y poder obtener la máxima cantidad de dosis para proteger al mayor número de personas posibles.
Pero, aún así, los expertos afirman que no solo basta con tener la nueva vacuna, sino cuánta cantidad puede haber disponible. Además, señalan que los primeros en ser vacunados serán los grupos de riesgo y el personal que se encuentra en hospitales y trabajando en actividades que implican el contacto social.
La Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédicos Avanzados (BARDA) de EEUU ha comprometido 483 millones de dólares para financiar el desarrollo de la vacuna experimental de Moderna.
Por su parte, la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (la CEPI, fundada por los gobiernos de Noruega e India, la Fundación Bill & Melinda Gates, el Wellcome Trust y el Foro Económico Mundial) suma su apoyo económico a esta vacuna experimental desde el pasado 23 de enero, cuando solo se conocían 581 casos confirmados en todo el mundo.
Por su parte, China hizo publico el genoma del virus el 13 de enero, y el 7 de febrero Moderna ya tenía lsito su candidato a vacuna. El pasado 16 de marzo fue cuando comenzaron los ensayos clínicos.
Otras empresas se encuentran desarrollando vacunas experimentales
Pero el prototipo desarrollado por Moderna no es la única vacuna experimental de ARN. Pues la empresa alemana BioNTech junto a la estadounidense Pfizer comenzaron el 23 de abril a probar otro candidato a vacuna similar en Alemania.
Además, los proyectos de la Universidad de Oxford y de la empresa china CanSino, que también han testado en humanos, emplean virus del resfriado común modificados con la información genética para fabricar la proteína de la espícula del coronavirus.
Aunque son muchos los investigadores centrados en el desarrollo de una vacuna experimental, debemos recordar que es un trabajo duro y difícil, por lo que tenemos que ayudar a estos trabajadores siguiendo las recomendaciones de la 'nueva normalidad'.
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