El grifo que ha empujado el fortalecimiento de la alianza económica entre China y Rusia

Ya no es noticia el especial acercamiento que existe entre Rusia y China, o lo que es lo mismo, entre Putin y Xi Jinping. Dos aliados naturales por los restos de lo que fue la Guerra Fría y por compartir fronteras, así como por mantener intereses comunes contra, sí, hay que decirlo, los países occidentales. La rivalidad entre Estados Unidos y el gigante asiático ya se ha hecho más que evidente y ninguno esconde ya sus cartas.

No hay más que echar un vistazo a las recientes, y crecientes, tensiones en el Mar Menor Meridional, con respecto a la isla de Taiwán y los intereses que China posee en la zona. A esto hay que sumarle la enorme crisis y desestabilización generada en Europa después de que el Kremlin invadiese Ucrania a finales de febrero de este año, un acto que ha recibido como respuesta innumerables sanciones económicas por parte de la Unión Europea y EE.UU., además de apoyo bélico por parte de la OTAN en la región.

Las sanciones económicas que fortalecen a China

Al inicio del conflicto derivado de la invasión ucraniana, la Unión Europea utilizó unas cuantas armas habituales contra su vecino Rusia, las sanciones económicas, que tenían como principal objetivo evitar la intervención militar y frenar de alguna manera las intenciones de Putin. Sin embargo, esta arma de doble filo, se encuentra ahora apuntando directamente hacia la Unión, y la empuñadura la tiene ni más ni menos que China.

China está buscando reemplazar todos esos huecos libres que han ido dejando las sanciones económicas europeas en la economía rusa. A pesar de que las principales exportaciones chinas a Rusia decayesen al inicio de la invasión, ahora se ven importantes incrementos, sobre todo en materias primas, según datos de la UN Comtrade, la mayor base de datos comerciales internacional. Pero se empieza a percibir una pequeña particularidad, ahora estas transacciones han empezado a realizarse en yuanes.

Gas a precio de Yuan

Está claro que China tiene una potente ambición y recursos para conseguir todo aquello que se proponga y el empezar a utilizar yuanes, su moneda propia, tampoco es una casualidad, ni las exportaciones el único sector en el que ha empezado a introducirlos. El gigante asiático ya ha anunciado que dejará de comprar gas ruso en euros y en dólares, para empezar a hacerlo con yuanes. Este puede no parecer un dato relevante, pero en términos económicos tendrá un señalado impacto.

La técnica que está utilizando China, no solo podrá debilitar las monedas que hasta el momento marcaban las dinámicas económicas del mundo entero, el dólar y el euro, sino que también asestará un golpe estratégico y contundente en la guerra económica y silenciosa que el gigante asiático lleva librando, desde que el impulso de su crecimiento económico tras la crisis del 2008, le abriese las puertas al mercado internacional como una potencia inequívoca.