Los adolescentes sufren por la pandemia y sufren por haber sido señalados de manera injusta

El señor que abronca a los adolescentes por no llevar mascarilla; el padre y la madre que miran con recelo a esos niños sin mascarilla junto a su hija; la señora estricta con las normas pero que recicla la mascarilla quirúrgica... No es tan fácil hacerlo bien, ni conseguir que se haga. Pero, ¿son los jóvenes los más responsables del avance de la pandemia?

Desde el inicio de la pandemia de Covid-19 se ha puesto el foco sobre los adolescentes como posibles agentes de mayor transmisión del virus

En esta pandemia la OMS reconoce que las ciencias del comportamiento son clave. No parece justo culpar a toda una generación por el avance de la pandemia: habría que actuar en grupos concretos.

Las conductas de riesgo que suelen atribuirse a los adolescentes y su tendencia a romper las normas, unidas a la discutida consideración de niños y niñas como “supercontagiadores”, pueden ser la base de algunas decisiones tomadas en el último año.

El ejemplo más esclarecedor lo encontramos en el cierre de los centros escolares como una de las primeras medidas, incluso antes de las restricciones a la movilidad o a grandes concentraciones de personas.

A pesar de haber cumplido con todas y cada una de las medidas anti-COVID, los más jóvenes han sido señalados como culpables de los contagios. 

Aún hay muchas incógnitas sobre el comportamiento del Covid-19 en adolescentes

Algunas de las medidas tomadas para frenar la expansión del virus afectan al consumo de sustancias. Se ha limitado el consumo de tabaco por considerarse una conducta incompatible con el uso de la mascarilla y por el riesgo de contagio a través de aerosoles.

También se ha producido una progresiva limitación del horario de apertura de hostelería y locales de ocio nocturno. Se argumentaba que, a medida que el consumo de alcohol aumentaba durante la noche, disminuía el cumplimiento de medidas para evitar contagios.

Sin embargo, estas creencias no suelen basarse en estudios científicos. Antes de señalar a los adolescentes, es necesario profundizar en el conocimiento sobre el cumplimiento de las normas anti-COVID y su posible relación con otros factores como el consumo de sustancias.

Eso es precisamente lo que muestra un nuevo estudio llevado a cabo por NIUS con 909 estudiantes de 1º y 2º de la ESO de Córdoba, aún no publicado.

• En cuanto al cumplimiento de medidas y vivencia de la pandemia en la adolescencia, se ha detectado que dos tercios aseguran que siempre utilizan la mascarilla. No obstante y a pesar de su obligatoriedad, un tercio de los adolescentes encuestados reconoce que no siempre la usa cuando pasa tiempo con sus amigos.
• En lo que respecta a la distancia social, más del 40 % declara cumplirla al menos a diario. A su vez, tan solo el 12.9 % cumple todo el tiempo con la distancia social mientras pasa tiempo con sus amigos. Más de una cuarta parte declara no hacerlo nunca.
• Otra cosa que les cuesta reprimir es el contacto físico. Más del 66 % de los participantes en la encuesta dice tener contacto físico con sus amigos para besarlos o abrazarlos desde el inicio de la pandemia. Un tercio declara no hacerlo nunca.
• La vivencia de la pandemia a estas edades es más heterogénea. El 25.5 % de los encuestados decía sentirse mal en relación a la pandemia todos los días o todo el tiempo, frente al 28.9 % que no se siente mal nunca. Una cuarta parte se siente mal alguna vez al mes, mientras que una quinta parte se siente mal alguna vez a la semana.

En definitiva, es necesaria una mayor concienciación entre los adolescentes sobre la importancia de respetar las medidas de prevención, así como disminuir el consumo de sustancias para evitar las conductas de riesgo asociadas a los contagios.

A su vez, se ha encontrado un alto porcentaje de adolescentes que sí cumplen con las medidas anti-COVID. Por tanto, no parece justo culpar a toda una generación por el avance de la pandemia. Habría que actuar con grupos concretos y descubrir los factores de riesgo específicos sobre los que trabajar.