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Desde pequeños estudiamos el ciclo del agua. Cómo se genera, las formas en las que vuelve a caer de las nubes, los procesos de condensación, lo importante que es para la vida humana y la flora y la fauna terrestre, incluso las últimas generaciones hemos oído hablar ya de la lluvia acida, generada por la contaminación de las aguas del planeta. Ahora nos toca enfrentarnos a una situación igual de desalentadora: ya no queda agua de lluvia potable en el planeta.
Si bien es cierto que normalmente en las urbes o en los espacios rurales, no consideramos el agua de lluvia como potable, aún existían lugares recónditos en el planeta, en los que el ciclo del agua no se veía afectado por la contaminación y ese agua aún era 'potable', pero eso se ha terminado. Según un estudio publicado recientemente por un grupo de investigadores de la Universidad de Estocolmo y de la ETH Zúrich, en la revista científica 'Environmental Science & Technology', incluso el agua de la Antártida ya se encuentra contaminada.
Ya no hay agua de lluvia sin contaminación
Este grupo de científicos, ha notificado en su artículo científico, que el agua de lluvia de lugares como la Antártida o la meseta tibetana, hasta ahora santuarios libres de un exceso de contaminación en las aguas, presentan sustancias químicas como las perfluoroalquiladas y las polifluoroalquiladas (PFAS). Sustancias que artificiales generadas durante décadas, debido a las actividades industriales y que no tienen forma de degradarse, por lo que se van acumulando y acaban generando una contaminación perjudicial para la salud.
Las PFAS, han sido calificadas como "productos químicos para siempre", desde la Agencia de Protección Ambientar de EE.UU., señalando además, que este tipo de sustancias se van propagando a nivel atmosférico, por lo que no es difícil encontrarlas en el agua de lluvia o la nieve. Además, este tipo de sustancias, han sido relacionadas con importantes riesgos para nuestra salud, como el aumento del colesterol, problemas en el sistema inmunitario, o enfermedades como el cáncer.
La permanencia química
A pesar de todo, los investigadores del estudio, que han estado trabajando durante la última década en encontrar estas sustancias en la atmosfera, han podido comprobar que las PFAS se han reducido en el agua potable y los suelos. Ian Cousins, uno de los principales autores, comenta en el artículo que "Por ejemplo, el ácido perfluorooctanoico (PFOA), que causa cáncer, ha disminuido 37,5 millones de veces en EE.UU.". Sin embargo, esto no ha evitado que llegasen al agua de lluvia que cae sobre la que era nieve virgen de la Antártida.
Aunque estas sustancias se hayan dejado de emitir a la atmosfera, esto no significa que las que ya existen, al ser difícilmente eliminables, sigan 'paseando' por todo el globo ayudadas por los ciclos habituales del agua de lluvia y otros procesos que las 'reciclan' y las devuelven una y otra vez.
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