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La gestión tradicional del agua es un proceso que sirve para tratar el agua de lluvia como si fuese residual, algo que no siempre se logra aprovechar. Por eso, las ciudades actuales se enfrentan a retos en relación a los procesos para restaurar el ciclo del agua. En GNDiario te mostramos cómo es este proceso.
Retos a los que se enfrentan las ciudades en relación al tratamiento del agua
En la actualidad existen diversos métodos que nos ayudan a gestionar el agua de una manera eficaz y sostenible, aunque no siempre se aprovecha todo lo necesario. La gestión tradicional del agua es un proceso que sirve para tratar el agua de lluvia como si fuese residual, por lo que las ciudades recurren a procesos específicos para aprovechar el ciclo del agua.
Uno de los problemas a los que nos enfrentamos es a la creciente migración de la población desde las áreas rurales a la ciudad, afectando así al tratamiento y al mismo ciclo del agua. Según informa el departamento de Economía y Asuntos Sociales de Naciones Unidas, en las ciudades reside un 55 % de la población del plantea y se cree que en 2050 este porcentaje se incrementará hasta el 68 %.
Este crecimiento en las zonas urbanas da lugar a la transformación de grandes áreas de suelo impermeable, lo que se traduce en un aumento de la escorrentía durante las épocas de lluvia y, con ello, un aumento de los episodios torrenciales.
El ciclo del agua también se ve afectado por otros motivos como el cambio climático, que aumenta la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, entre ellos también está la sequía. A este último se le suma una mayor acumulación de contaminantes durante los periodos secos, que terminan por depurar las aguas y convertirlas en residuales. El cambio climático también trae consigo la ausencia de agua en entornos urbanos, dando lugar a lo que se conoce como isla de calor.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible proponen modelos de ciudades sostenibles para restaurar el ciclo del agua
Todos estos problemas medioambientales han causado un cambio en cuanto a la gestión del agua en las ciudades. Por eso, los Objetivos de Desarrollo Sostenible proponen modelos de ciudades sostenibles y resilientes capaces de restaurar el progreso del agua dentro de los entornos urbanos y de una forma natural.
Para poder restaurar el ciclo del agua ya se han lanzado algunos métodos y aparatos, como los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS), unas infraestructuras que nos permiten abordar estos problemas. Además, permiten que la respuesta hidrológica de una zona urbanizada sea similar a la que se encuentra el agua en su estado natural.
Estos sistemas se definen como “elementos superficiales, permeables, preferiblemente vegetados, integrantes de la estructura urbana-hidrológica-paisajística y previos al sistema de saneamiento”
La funcionalidad de estos sistemas se basa en el ciclo del agua. Gracias a ellos se filtra el agua de lluvia en el terreno, a la vez que la retienen y la transportan, por lo que disminuyen el volumen de escorrentía superficial y restauran la calidad del agua mediante la retención de contaminantes.
Tipos de sistemas urbanos de drenaje sostenible
A la hora de fijarnos en los sistemas urbanos de drenaje sostenible, existe una gran variedad, pro lo que su elección dependerá de las particularidades de cada zona. Entre ellos:
- Cubiertas vegetales o pavimento permeable: para controlar el agua en origen.
- Drenes filtrantes o cunetas verdes: para la ralentización y conducción del agua.
- Balsas de detención o humedales artificiales: para el almacenamiento del agua.
- Células de biorretención o pozos de infiltración: para infiltrar el agua en el terreno.
- Celdillas de poliprolpileno: para el pavimento permeable. Están formadas por un conjunto de cubos huecos semejantes a un panal de abejas y actúan como filtro para la lluvia.
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