La apendicitis, cómo detectarla en los niños pequeños antes de que sea grave

La mayoría de las apendicitis se suelen dar entre los niños de 5 a 20 años y en muy pocas ocasiones tienen lugar en la tercera década de la vida o en menores de un año. En los niños pequeños, el diagnóstico suele retrasarse porque se confunde con otras afecciones o enfermedades, lo que puede complicar en exceso el pronóstico.

Cuando se produce en niños de 4 años o menos, suele aumentar bastante la peligrosidad del pronóstico. Debido a un diagnóstico tardío, el apéndice suele sufrir una perforación que complica en exceso la intervención. En menores de 5 años, el apéndice se encuentra perforado en el 65 % de los casos, mientras que en menores de 2 años el porcentaje asciende al 90 % de los casos.

¿Qué es la apendicitis?

La apendicitis es la inflamación que sufre el apéndice a causa de una infección. Cuando esto ocurre, que suele ser a causa de una obstrucción provocada por heces duras, ganglios linfáticos o parásitos, se debe actuar con rapidez. Si no se actúa entre las primeras 48 y 72 horas desde la aparición de los síntomas, es muy probable que el apéndice termine perforándose.

En caso de que esto ocurra, se podría crear una infección grave fuera del intestino y en el peritoneo, membrana que resiste las paredes del abdomen, desembocando en una peritonitis. Si esto ocurre, el pronóstico pasaría a ser mucho más lento y doloroso.

Signos y síntomas a los que estar atentos

Es importante remarcar que la apendicitis no se puede prevenir, por lo que hay que estar alerta a los diferentes signos o síntomas que presente el afectado para actuar a tiempo.

El primer y principal síntoma es un dolor alrededor del ombligo, que se desplaza ligeramente hacia la zona derecha del abdomen. A posteriori, pueden aparecer otros signos como fiebre baja, vómitos, nauseas, cansancio o pérdida de apetito. El problema de dicha afección es que estos síntomas secundarios son los mismos que en algunas enfermedades gástricas o un simple dolor de estómago, por lo que puede conllevar a la infravaloración del pronóstico y no actuar a tiempo.

Diferencias entre la apendicitis y la gastroenteritis

• La apendicitis produce dolor agudo en la palpación en el lado derecho. Un síntoma claro se produce cuando apretamos de manera leve la parte derecha del abdomen del afectado y el niño se queja.
• Los síntomas siempre van a más. Al principio, puede que el dolor sea intermitente, pero luego se intensificará. En el caso de la gastroenteritis, el dolor sí suele remitir y no suele ser el primer síntoma, sino que lo son los vómitos.
• Lo mismo ocurre con la fiebre. Comenzará en un nivel bajo hasta poder alcanzar los 40º.
• La gastroenteritis suele presentar diarrea a la vez que vómitos. En la apendicitis, la aparición de diarrea no siempre se produce.
• Si el dolor es provocado por una inflamación en el apéndice, el niño estará lo más quieto posible, evitando moverse ni ponerse de pie.

Qué hacer en caso de que se presenten síntomas

Si se presenta algún síntoma compatible con lo expuesto previamente, debe acudir al médico lo antes posible. En especial caso si el dolor no cesa, va a más y está acompañado por vómitos y nauseas.

En caso de sospecha, el médico puede optar a la cirugía para extirpar el apéndice, algo que suele realizarse con una pequeña incisión en el abdomen con un laparoscopio.

En el 10 % de los casos, el profesional sanitario suele encontrarse con un apéndice sano. En dicho caso, el médico puede decidir extirparlo para evitar problemas futuros y una actuación tardía. No se trata de un error médico, debido a la gran dificultad que supone diagnosticar este tipo de afección.