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Las actividades humanas están detrás del 59,5 % de las aves muertas o heridas por causas no naturales que llegan a centros de recuperación de fauna en España, sobre todo debido a la colisión contra tendidos eléctricos y la captura ilegal.
Esa es la principal conclusión de un informe realizado por SEO/BirdLife en el marco del proyecto LIFE Guardianes de la Naturaleza y que analiza 272.655 registros de ingresos de avifauna en centros de recuperación de fauna de todas las comunidades autónomas entre 2008 y 2018.
Los datos examinados, responden a la avifauna muerta o herida que encuentran ciudadanos particulares o las autoridades que trabajan en el campo, como los miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) o los agentes forestales y de medio ambiente de las comunidades autónomas.
Causas del fallecimiento de las aves en España
Por tanto, estos registros reflejan una parte pequeña de la mortalidad o impacto real, pero permiten, aplicando una modelización matemática, realizar una estima más realista de aves muertas o heridas por causas no naturales en España.
Las colisiones con tendidos eléctricos suponen la principal causa de muerte no natural de aves en España, con casi un 40% del total de casos analizados, por delante de la captura ilegal de ejemplares para su cría en cautividad (más de un 20%).
Otras causas significativas son la electrocución y el atropello (ambas con cerca de un 8 %), los envenenamientos e intoxicaciones y la colisión con aerogeneradores (alrededor de un 5 %), y los disparos ilegales perpetrados por furtivos (más de un 3 %).
“Incluso tomando como referencia la cuota baja de la horquilla, la cifra impresiona: cada año, las infraestructuras que instalamos en el medio natural y las actividades que desarrollamos en el campo, algunas de ellas prohibidas por la ley, están detrás de las heridas o muerte de al menos 25 millones de aves”, indicó Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.
Ruiz indicó que, “en muchos casos, se trata de cuestiones subsanables, como es el caso de las colisiones o la electrocución en tendidos eléctricos”. “Mejorar la protección de la biodiversidad está al alcance de nuestra mano: de las administraciones, de las empresas y sectores y de todos nosotros, cuando salimos al campo o aprovechamos los recursos naturales”, añadió.
Las especies protegidas y amenazadas son que mayoritariamente ingresan en los centros de recuperación de fauna. Un 22,7% de las especies registradas (concretamente, 77) están incluidas dentro de las categorías de mayor riesgo de extinción en el Libro Rojo de las Aves de España, que recopila la última información sobre el grado de amenaza de cada especie.
De ellas, una de las que más registros acumula es el Ave del Año 2023, el aguilucho cenizo, pero también se han identificado ingresos de águila imperial, milano real o el arao común.
Impacta que se trata de especies protegidas y amenazadas las que presentan un elevado índice de mortalidad
“Para conocer el orden de magnitud de cada una de las causas de ingreso y, por tanto, de las diferentes amenazas que están afectando a las poblaciones de aves, hemos tenido en cuenta cuestiones como el tamaño poblacional relativo de las diferentes especies, sus áreas de distribución, y lo que es más importante las tasas de desaparición de cadáveres en el medio natural y las tasas de detección de los individuos”, recalcó Nicolás López-Jiménez, uno de los autores del informe y responsable de Especies en SEO/BirdLife.
Respecto a la evolución mensual de los datos a lo largo del año, se observa un incremento de los ingresos en el periodo estival (entre junio y agosto), que se puede deber a tres factores: la mayor presencia de público en el medio natural, que deriva en un mayor número de hallazgos casuales; la presencia de ejemplares juveniles y pollos volantones, más proclives a sufrir accidentes; y la apertura de la media veda, que puede estar en el origen de muchos ingresos por disparo.
“Este estudio es un documento de referencia para guiar las actuaciones de las distintas entidades encargadas de la conservación de aves, así como para establecer y priorizar las medidas necesarias para impedir la muerte de millones de ejemplares de avifauna todos los años debido a actividades humanas”, concluyó David de la Bodega, responsable del Programa Legal de SEO/BirdLife.
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