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Tras producirse la renuncia de Evo Morales numerosos incidentes volvieron llenar las calles de Bolivia, más concretamente en la ciudad de Cochabamba.
Se dieron saqueos, incendios, ataques a casas de opositores y oficialistas, incluida una del propio Morales. Esta pasa noche el pánico reinó, y muchos bolivianos pedían ayuda y seguridad.
Por otro lado, la Policía desmentía que existiera una orden para detener al mandatario saliente en el Chapere, la zona cocalera de Bolivia que lo lanzó al poder en 2006 por su lucha como sindicalista y en la que se supone que se ha refugiado.
Según informa EFE Policía y Fuerzas Armadas son las únicas autoridades que han quedado en Bolivia
Fue bastante grande el caos que se formó en Bolivia tras la renuncia de Evo Morales. Los mandos policiales y militares llamaban a los bolivianos a mantener la calma.
Cómo los que iban a suceder al presidente también renunciaron, la sensación que rodea al país es la de un vacío de poder. La población piensa que alguna parlamentaria opositora sea la que pueda asumir la jefatura de Estado.
El informe causante de la dimisión de Morales, le llevó a la anulación de las elecciones y la convocatoria de una nueva cita electoral, pero ya con un Tribunal Supremo Electoral renovado, tal y como demandaba la oposición.
La Policía, por su parte, "sugirió" a Morales su marcha. Estas fuerzas del orden, se encontraban amotinadas desde el viernes, y la renuncia ha supuesto el impulso final a las movilizaciones de la oposición.
"Luego de analizar la situación conflictiva interna, sugerimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial, permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad por el bien de nuestra Bolivia", afirmó el jefe del Mando Militar de las Fuerzas Armadas de Bolivia, Williams Kaliman.
Pero la Central Obrera Boliviana será la peor a traición a Morales. Dicho sindicato que fue considerado afín a Morales también respaldó la petición de dimisión "Si hay la necesidad de renunciar para pacificar al pueblo boliviano".
El expresidente de Bolivia pidió evitar agresiones y amenazas a los dirigentes de su partido
Varios ministros, el presidente de la Cámara, algunos representantes y otros diputados del MAS comparecieron públicamente para renunciar a sus cargos alegando a las amenazas recibidas contra sus familias y los ataques de sus viviendas.
Pero muchos han calificado la renuncia de Morales como un golpe de Estado por varios Gobiernos y políticos latinoamericanos que apoyaban su mandato.
Varios presidentes del centro y sudaméricanos mostraron su descontento y su apoyo a Evo Morales
Uno de ellos fue Nicolás Maduro. El presidente de Venezuela se lamentó por lo que tenía que haber hecho su aliado histórico en Bolivia.
Y advirtió, que "los movimientos sociales y políticos del mundo" se declaran "en movilización para exigir la preservación de la vida de los pueblos originarios bolivianos víctimas del racismo".
Miguel Díaz-Canel, mandatario cubano dijo que el mundo se debe movilizar "por la vida y la libertad de Evo".
El recién presidente de Argentina, Alberto Fernández opinó que el "quiebre institucional en Bolivia es inaceptable", aunque instó al pueblo boliviano a escoger cuanto antes a su próximo Gobierno.
Luiz Inácio Lula da Silva, expresidente brasileño recién liberado y que convivió en el poder junto a Morales, calificó de "golpe" la presión popular que llevó a la renuncia de su "compañero".
Y desde Mexico, Marcelo Ebrard, advirtió a Bolivia que hay "una operación militar en curso".
Apuntó que si Morales lo decide, le ofrecerán asilo en la Embajada de México en la ciudad de la Paz, donde ya recibió a 20 personalidades del Ejecutivo y Legislativo de ese país.
Renuncia tras tres semanas de protestas
En Bolivia las protestas se dieron por la suspensión repentina de la transimisión de los resultados oficiales justo cuando obligaban a una segunda vuelta entre Morales y el principal líder opositor, Carlos Mesa.
Mesa denunció un fraude al ver que, al retomarse, casi 24 horas después, le daban una victoria en primera vuelta a Evo Morales.
Tanto Mesa como Morales hicieron un llamamiento de movilización a los suyos, y desde el 20 de octubre, Bolivia se sumió en una ola de violencia.
Finalmente, Evo Morales accedió a que la OEA, apoyada por países como España, México o Perú, realizase una auditoría electoral de carácter vinculante.
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