Tras varios debates y reuniones, la Comisión Europea ha dado luz verde a la propuesta ibérica para poner un tope al precio del gas natural y abaratar las facturas eléctricas.
Greenpeace considera que las medidas que toman desde la UE para frenar el calentamiento global reflejan un falta de impulso por parte de dicha institución y sus miembros.
La financiación de los ERTE por parte de Bruselas proviene del programa SURE lanzado por la CE para mitigar los riesgos económicos provocados por el coronavirus.