El carbón en España tiene los días contados

España se está desenganchando del carbón. Ya ha pasado un año y medio desde que se cerrasen todas las minas, que fueron prohibidas por Bruselas.

Siete de las 15 centrales térmicas abiertas en España, van a dejar de estar operativas el 30 de junio, ya que a sus propietarias, las compañías eléctricas no les salen cuentas para cumplir con las mejoras medioambientales que imponen las normas europeas.

Además, cabe destacar que varias plantas llevan meses sin generar electricidad por su baja rentabilidad, resultante de las decisiones políticas de la Comisión Europea y las condiciones de mercado.

Las centrales térmicas de carbón han ido quemando stock y han registrado mínimos históricos en la generación de electricidad

Las centrales térmicas de carbón son muy contaminantes, y hasta hace un par de años, eran responsables de la producción del 15% de todos los gases de efecto invernadero.

Las siete plantas térmicas que dejarán de operar son:

• Meirama (en A Coruña), Narcea (Asturias) y La Robla (León) las tres propiedad de Naturgy
• Andorra (Teruel) y Compostilla (León) de Endesa
• Puente Nuevo (Córdoba) de Viesgo
• Velilla (Palencia) de Iberdrola

A partir de mañana ya no estarán operativas, ya que incumplen la directiva medioambiental europea, que obliga a estas instalaciones de carbón a llevar a cabo unas obras que limpien los gases contaminantes si querían seguir operativas por más tiempo.

Pero estás siete centrales no son las únicas que van a cerrar, sino que otras cuatro, también tienen solicitados los permisos ante el Gobierno. Estas son:

• Centrales de Lada (en Asturias y propiedad de Iberdrola)
• As Pontes (en A Coruña y propiedad de Endesa)
• Los Barrios (en Cádiz y propiedad de Viesgo)
• Litoral (en Almería y propiedad de Endesa)

Desde Greenpeace comentaban que, "por cómo van las cosas, creo que en 2025 ya no habrá generación con carbón". También desde el IIDMA añadían que "el escenario que manejamos de cierre total es el año 2025".

Hay que apuntar que el cierre viene dado, en parte, por las reformas de las instituciones comunitarias han hecho que a partir del 2018 el precio del dióxido de carbono se disparase en el mercado europeo.

Este sistema conocido por sus siglas en ETS obliga a la grandes industrias a pagar por el dióxido de carbono que emiten, por eso las centrales de carbón pierden competitividad, porque son las que más tienen que gastar en esto, a lo que se le añaden los bajos precios del gas natural desde 2019.

España cuenta con un gran número de plantas de ciclo combinado que se alimentan de gas y que suplen sin problemas a las térmicas de carbón.

Se esperaba que en este 2020 repuntara el gas y que el carbón pudiera volver a ser competitivo. Pero la crisis del coronavirus ha golpeado, y para bien, este sector.

La alternativa para el empleo será el desmantelamiento de las plantas, lo que requiere mucha mano de obra y puede tener una duración de hasta cinco años

En la centrales de carbón, directa e indirectamente, trabajan unas 2.400 personas. El cierre en algunas, no será traumático, pero en otras, al tratarse de la única industria del municipio algunos Ayuntamientos verán muy reducidos sus ingresos fiscales.

El caso es que el proceso de desmantelamiento no puede comenzar hasta que el Ejecutivo no publique la autorización para el cierre

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica han presionado a las eléctricas para que presenten planes estables para las zonas afectadas, que en muchos casos se centran en las renovables y que, incluso, en algunos de los proyectos requieren más empleos de los que se destruirán con los cierres.

A mediados de abril el ministerio firmó con los sindicatos mayoritarios y las propietarias de las plantas las bases para llevar a cabo los denominados convenios de transición justa.

Para las zonas mineras y de carbón ya hay 12 convenios de transición justa. Además, al margen de los recursos públicos que tiene asignados el Gobierno, está previsto que España se beneficie del futuro fondo de transición justa de la Comisión Europea.