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La sustitución de materiales convencionales como el hormigón y los plásticos por versiones modificadas capaces de almacenar dióxido de carbono (CO2) podría ser clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y frenar el cambio climático.
Un equipo de ingenieros civiles y científicos de sistemas terrestres de las universidades de California en Davis y Stanford ha publicado en la revista Science un estudio que respalda esta estrategia como una herramienta eficaz para alcanzar la neutralidad de emisiones construyendo casas sostenibles.
El secuestro de carbono busca capturar el CO2, estabilizarlo y almacenarlo lejos de la atmósfera. A diferencia de métodos tradicionales empleados en la construcción de casas como inyectar carbono bajo tierra o en el océano, que presentan riesgos ambientales, los materiales de construcción que almacenan CO2 ofrecen una alternativa más segura y práctica. Según Elisabeth Van Roijen, líder del estudio, "el potencial es bastante grande" al aprovechar materiales que ya se producen masivamente.
Potencial de almacenamiento de CO2 en la construcción
Los investigadores analizaron materiales como hormigón, asfalto, plásticos, madera y ladrillos. Estos productos, en sus versiones convencionales, representan una producción global de más de 30.000 millones de toneladas anuales.
El equipo calcula que, al reemplazar estos materiales por alternativas que secuestran CO2, sería posible almacenar hasta 16,6 gigatoneladas de carbono al año, lo que equivale al 50 % de las emisiones humanas de CO2 registradas en 2021.
Entre las estrategias evaluadas destacan:
- Incorporar biocarbón al hormigón.
- Usar rocas artificiales cargadas de carbono como agregados para hormigón y pavimento asfáltico.
- Reemplazar plásticos y aglutinantes asfálticos basados en petróleo por alternativas de biomasa.
- Añadir fibras de biomasa a ladrillos.
Aunque muchas de estas tecnologías aún están en fase de laboratorio o pruebas piloto, otras ya están listas para implementarse en la construcción de nuevas casas.
Desafíos y oportunidades para su implementación
El mayor potencial de almacenamiento de carbono radica en el uso de agregados carbonatados en la fabricación de hormigón, dado que este es el material de construcción más utilizado en el mundo, con más de 20.000 millones de toneladas producidas anualmente. Sin embargo, el camino hacia su adopción generalizada enfrenta varios desafíos:
- Reticencia de los constructores: Existe desconfianza hacia los nuevos materiales estructurales por miedo a fallos que comprometan la seguridad.
- Acceso a recursos: Es necesario garantizar un suministro adecuado de minerales que puedan secuestrar carbono.
- Logística y normativas: Será crucial desarrollar una cadena de suministro rigurosa y establecer normativas que impulsen su adopción.
A pesar de estas dificultades, el estudio subraya que la combinación de materiales de construcción capaces de almacenar CO2 con estrategias de descarbonización económica puede marcar una diferencia significativa en la lucha contra el cambio climático. Los autores concluyen que estos materiales no solo tienen el potencial de reducir las emisiones, sino también de contribuir al diseño de una infraestructura más sostenible y resiliente de casas del futuro.
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