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La corredora sudafricana Caster Semenya, bicampeona olímpica de 800 metros, no estará en los Juegos Olímpicos de Tokio al no haber logrado la marca necesaria para clasificarse en los 5.000 metros, distancia a la que optaba por no poder correr en los 800 por la normativa sobre la testosterona.
Sobre la pista alemana de Regensburg, la doble campeona olímpica y tres veces mundial de 800 atacó la mínima de 5.000 (15:10) en una carrera montada con ese objetivo y en la que terminó cuarta con un tiempo de 15:57.12.
Semenya se negó a medicarse para rebajar sus niveles naturales de testosterona a fin de cumplir con la normativa de World Athletics
Desde 2019, World Athletics impone una polémica normativa que obliga a las atletas a mantener sus niveles de testosterona por debajo de los 5 nanomoles por litro durante un periodo continuado de al menos seis meses si quieren competir en pruebas de entre 400 metros y una milla (unos 1.600 metros).
Semenya, que es probablemente a nivel mundial el caso más conocido de una atleta con hiperandrogenismo, produce de manera natural una cantidad de testosterona superior a esos niveles.
Muchas de sus contrincantes afirman que Semenya no debería correr con ellas. Incluso hay algunas que afirman que Caster no es una mujer, que es un hombre... Excluir a atletas femeninas o poner en peligro su salud solo por sus habilidades naturales pone a World Athletics y a la sociedad que cuestiona su sexo, en el lado incorrecto.
Debemos luchar por los derechos humanos de las atletas, tanto dentro como fuera de las pistas, hasta que todas podamos correr libres como nacimos.
Caster Semenya, de 30 años y considerada una heroína en su país, optó este año por intentar cambiar su perfil de corredora y adaptarse a competir en pruebas de 5.000 metros.
"Tuvimos que mirar si podía hacer 200 metros durante los próximos cinco años. (La decisión) no iba a nuestro favor (...). Me hago mayor, tengo miedo de desgarrar mis músculos", afirmó en abril pasado la deportista.
Su especialidad eran los 800 metros -distancia en la que es doble campeona olímpica y triple mundial-, pero competir en esas pruebas actualmente no le es posible sin medicarse.
La sudafricana mantiene desde hace tres años una dura pugna legal con World Athletics
La organización trata de imponer unas reglas discriminatorias, antiéticas por obligar a personas sanas a tomar medicación y que violan los derechos humanos.
Pese a la polémica normativa y el respaldo incondicional que la atleta recibe desde su país y su continente, Caster Semenya ya perdió un proceso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) y un recurso posterior ante la Justicia ordinaria de Suiza (país donde tiene su sede el TAS).
En febrero pasado inició un nuevo intento de tumbar la normativa al presentar su caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
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