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El pasado viernes llegó la noticia del fallecimiento a los 93 años de la pionera del documental italiano, Cecilia Mangini o la "donna rock del doc", como le gustaba llamarla a Paolo Pisanelli.
Fue éste uno de sus colaboradores más fieles con el que firmó algunos de sus últimos proyectos, especialmente el que puede considerarse su testamento fílmico: Due scatole dimenticate (2020).
Cecilia Mangini es pionera del documental en Italia
La cineasta ha sido un referente del cine de no ficción, estando en activo hasta el año pasado. Por la actual pandemia del coronavirus no pudo acudir al Festival de Cine Europeo de Sevilla. En la capital andaluza se había preparado un homenaje a toda su carrera en el marco de la presentación de su último trabajo cinematográfico Due scatole dimenticate.
La cineasta nació en 1927 en Mola di Bari (Apulia), en el sur de Italia. La cineasta creció en la Italia fascista y durante su juventud se fue impregnando de una visión anarquista. En toda su obra podemos encontrar pinceladas sobre la libertad y detalles contra la desigualdad social y el conservadurismo, algo clave en su trabajo en los primeros años.
En los años cincuenta observamos un intenso espíritu crítico en sus documentales, donde reflejaba la peor cara de una Italia que quería dejar atrás su vertiente campesina para abrazar la industrialización y el consumismo. Aprovechó un hueco que también existía en España: el de los cortometrajes de 10 minutos que se proyectaban obligatoriamente antes de las películas en las salas de cine.
Cecilia Mangini explicó en una entrevista al diario ‘EL PAÍS en noviembre de 2020 que: “Para mí, un documental puede ser una puesta en escena de la realidad y a la vez, requerir una actuación o un texto poético para ser más eficaz. Mi realismo siempre ha sido más bien infiel a la realidad. Nunca atendí a reglas ni prejuicios, salvo a la voluntad de que ética y estética tuvieran el mismo valor”.
Más tarde, corrían los años sesenta, su obra se centró más en la experimentación. Tenemos un ejemplo de ello en Divino amore, una obra de 1964 en la que Cecilia Mangini filmó a aldeanos en una procesión nocturna. Al montar la cinta, lo hizo como si fuera un thriller. En La passione del grano (1963) rodó el ritual con el que los campesinos de la Basilicata mataban simbólicamente a una cabra interpretada por un paisano del pueblo para que la cosecha fuera buena. Sobre esta experimentación Cecilia Mangini explicaba a ‘EL PAÍS’ que “la industrialización dio dignidad y trabajo a muchos hombres y mujeres del sur, pero también les hizo perder el contacto con la tierra y la naturaleza”.
El documental: Due scatole dimenticate
Este título puede ser un buen punto de inicio para las personas que no conozcan la obra de Cecilia Mangini. Es la reconstruccióndel viaje que la autora realizó a Vietnam (1965) junto a su marido Lino del Fra, también cineasta. Preparaban un documental que no llegó a rodarse por culpa de causas de fuerza mayor: el avance de la guerra y la orden de las autoridades del Vietcong para que abandonasen el país.
En Due scatole dimenticate, Cecilia Mangini concentra su manera de mirar el mundo: su humanismo horizontal, su visión de la libertad, su capacidad para encontrar el pulso de lo cotidiano incluso en medio del horror o su confianza en la imagen fotográfica como depositaria frente al olvido.
La cineasta ha dejado un avanzado proyecto documental sobre la escritora Grazia Deledda. En las entrevistas, siempre dijo que la muerte no le asustaba, que le asustaba "sprecare il tempo": desaprovechar el tiempo. Ella sigue siendo un ejemplo para cineastas veteranos en Italia y su obra es cada vez más conocida entre los jóvenes que se abren camino en el cine documental.
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