Mitos y verdades sobre las cerraduras: información experta de un cerrajero en Murcia

La seguridad en el domicilio es uno de los elementos fundamentales en lo que respecta al desarrollo de una rutina plena y libre de preocupaciones. Si el hogar no se blinda ante las posibles acciones delictivas de terceros, resulta casi imposible desconectar de cualquier atisbo de miedo. En consecuencia, es imperativo analizar qué recursos tenemos a nuestro alcance hoy en día para prevenir los sucesos más traumáticos. En este orden de ideas, las cerraduras destacan como la barrera de protección más eficaz. No obstante, hay muchos mitos en torno a lo que puede o no puede hacer un cerrajero. Razón por la que hoy queremos hablar de esta materia desde la voz de la experiencia.

Cualquier cerrajero sabe cómo abrir las cerraduras

Solo hay que hablar unos instantes con un cerrajero Molina de Segura para darse cuenta de que no todos los trabajadores de este sector son iguales. Los grandes referentes del mercado destacan el hecho de que, aunque muchas personas afirmen ser capaces de abrir cualquier cerradura, a la hora de la verdad esto no sucede así.

Los verdaderos especialistas en la materia emplean herramientas de última generación con una destreza incontestable. Ahora bien, el éxito en este tipo de operaciones no reside solo en lograr cruzar el marco de la puerta. Es igualmente necesario conseguir que la cerradura se mantenga intacta después de la intervención del cerrajero. Y es aquí donde muchos fallan, suponiendo un coste extra para el inquilino.

Por consiguiente, con independencia del tipo de cerradura que tengas en tu domicilio, es fundamental acudir exclusivamente a aquellos profesionales que realmente son capaces de cumplir con sus funciones. Da igual lo que prometan saber hacer: fíjate en las reseñas de otros clientes para así valorar si realmente pueden abrir la cerradura de tu casa en cuestión.

El mito de la llave maestra

Este es quizás uno de los mitos más extendidos en el sector. No: un cerrajero Murcia o de cualquier otro punto del país no tiene una llave maestra capaz de hacer magia. De lo contrario, cualquier inmueble quedaría expuesto a riesgo de que quien tenga esta llave, pueda acceder al lugar. Incluyendo, claro está, a los delincuentes.

En este punto queremos volver a apelar a la necesidad de buscar un cerrajero cualificado. Para ello, asegúrate de antemano de que se trate de una empresa certificada, contando así con todas las licencias necesarias para operar con legalidad. Nada de llaves maestras: maña y experiencia.

Las cerraduras son imperecederas

Si piensas que instalar una cerradura es algo que se debe hacer una sola vez en la vida, estás muy equivocado. El paso de los años va generando una serie de desperfectos en estos sistemas y, por consiguiente, es fundamental renovarlas cada cierto tiempo. Eso sí, ten en cuenta que no todos los modelos son iguales.

Uno de los trabajos principales de los cerrajeros es el de asesorar a sus clientes sobre el tipo de cerradura que más vale la pena en el mercado. De esta manera, se encargan de garantizar que el propietario conoce las posibilidades disponibles y hace una inversión con total conocimiento de causa. La regla es sencilla: a mayor precio, más seguridad.

De igual modo, aunque la cerradura esté en buen estado, si es antigua también es recomendable cambiarla. A fin de cuentas, van saliendo formatos innovadores que incrementan el grado de protección; recurriendo así a profesionales de rigor para su instalación.

Las cerraduras son el mejor sistema de protección

Después de tantos mitos, nos despedimos con una verdad incontestable: las cerraduras son la principal barrera para prevenir la entrada de delincuentes en un inmueble. Al menos, claro está, si son las mejores del mercado actual.

Las alarmas y las videocámaras pueden ayudar, eso está claro. Sin embargo, es prioritario que antes haya una cerradura segura y muy complicada de franquear. Es decir, que solo un buen cerrajero sea capaz de abrirla. De esta forma, se evita el acceso del delincuente en cuestión; haciendo que dichos sistemas de vigilancia no sean ni tan siquiera necesarios.