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Los licores de agave, como son el tequila y el mezcal, fueron las bebidas espirituosas más demandadas en 2022, según demuestra el Distilled Spirits Council de Estados Unidos, y la crisis climática puede arruinar las estadísticas.
Según los analistas, ven que este licor podría superar hasta al consumo de Vodka en el puesto de bebida espirituosa más bebida en el país.
El problema es que la crisis climática destruye todo a su paso, y las presiones sobre los murciélagos, que es el polinizador vital de la planta de agave, pueden dejar consecuencias nefastas.
La crisis climática viene a aguar todas las fiestas
Y el problema no es nuevo y no deja de extenderse, y es que las comunidades científicas están cansadas de seguir alertando de que en todo el mundo, la escasez de agua que provoca la crisis climática va a seguir ejerciendo esa enorme presión sobre la producción de todo tipo de alimentos.
El vino y los licores también se encuentran en el punto de mira del disparo de la crisis climática, y esto, más el sobrepastoreo de la ganadería y otras actividades humanas son los causantes de alteraciones en la distribución y el cultivo del agave, principal ingrediente del tequila y el mezcal.
Está claro que el agave es una planta altamente tolerante a la sequía, y su prosperidad puede darse en climas cálidos con poca o nada de agua.
Pero, según el experto de alimento y medio ambiente de la Unión de Científicos Conscientes, Omanja Goswani, detalló que el ciclo de vida del agave es muy frágil.
"El agave es una planta desértica, así que, por supuesto, cualquier cosa que se mueva hacia ese clima desértico va a ayudar a este cultivo a prosperar. Pero, por desgracia, los efectos del clima no son lineales. No significa que a medida que se calienten las temperaturas eso vaya a seguir siendo así", detallo Goswami a CNN.
Y no solo eso, sino que la crisis climática también tiene gravemente amenazados a los polinizadores, que son los responsables del la polinización del 30 % de los cultivos que dan los alimentos a nivel mundial.
El caso es que el aumento progresivo de las temperaturas, los climas cada vez más extremos y el cambio repentino de las estaciones, hacen que los polinizadores sufran graves alteraciones, lo que repercute a cultivos como el agave.
Sin murciélagos, no habría tequila
"No tendríamos tequila si no tuviéramos murciélagos, porque es lo único que poliniza la planta de agave con la que se hace el tequila", declaró Ron Magill, director de comunicaciones y experto en fauna salvaje del Zoológico de Miami, a CNN.
A esto se suma que, aunque existan cientos especies de agave, solo es el Weber Azul el que produce tequila. La ley considera como auténtico tequila el aguardiente que proviene de las región mexicana que tiene el mismo nombre que la bebida. Aquellas bebidas de agave que se producen en lugares como California, solo pueden etiquetarse como licor de agave.
Pero la gran demanda del licor de agave puede hacer que los agricultores californianos caigan en el monocultivo, cosa que da lugar a la pérdida de diversidad genética. De esta forma no se dependería de los polinizadores externos.
Es por ello que los expertos se encuentran investigando para conocer más esa diversidad genética para comprobar que variantes del agave azul pueden adaptarse y sobrevivir a la crisis climática, evitando la pérdida de diversidad.
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