27/06/2019 - 10:12
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Este viernes y sábado en Osaka los líderes del G20 tendrán su reunión para conseguir enviar un mensaje común sobre protección medioambiental y a favor del libre comercio.
Lo que resultará ser una dificultada tarea por las brechas y roces crecientes entre sus miembros. El G20 llega en un contexto de horas bajas para el multilateralismo marcado por la guerra comercial entre China y EE.UU y la escalada de tensión en el Golfo Pérsico.
Objetivo: lograr un mínimo consenso posible
"Estamos en un momento de cambio debido a la globalización, donde se producen más conflictos entre países. Pero queremos mandar un mensaje firme sobre la necesidad de ir unidos para afrontar esta situación", afirmó el primer ministro japonés, Shinzo Abe, en una rueda de prensa celebrada el miércoles.
El primer ministro japonés adelantó también que los temas con más importancia en esta cumbre del G20 serán el libre comercio, la protección medioambiental, el cambio climático, las nuevas regulaciones para el sector digital y la innovación.
"No vamos a enfatizar las discrepancias, sino que quiero tratar de persuadir para que encontremos lo que tenemos en común", dijo Abe.
Un G20 que se preveé que este marcado por las tensiones y los desentendidos
La acumulación de plásticos en los océanos parece ser el único tema sobre el que el grupo de los veinte puede alcanzar un acuerdo con cierto contenido.
Las citas bilaterales son las que se preve que darán mucho de que hablar. Como la que mantendrán el presidente estadounidense, Donald Trump, y el chino Xi Jinping, entre otros líderes.
El prime Ministro japonés afirmó que el confía en que exista un dialogo constructivo entre estas dos potencias mundiales. Asimismo, destacó la importancia de todo el mundo de mantener paz y estabilidad en Oriente Medio.
La tensión existente entre Estados Unidos e Irán, es previsible que forme parte de las discusiones de los líderes de los países más desarrollados y los emergentes, entre los cuales hay varios mandatarios con influencia en la región del Golfo como Arabia Saudí y Rusia.
En lo que respecta a la economía, la labor del G20 para entrar a favor del libre comercio estará marcada por el cruce de las medidas proteccionistas y amenazadas entre Estados Unidos y China.
Intensificación de las tensiones geopolíticas y comerciales
Se ve poco viable que los líderes del G20 pacten una declaración que vaya más allá del acuerdo que se pacto en la reunión ministerial de Finanzas celebrada en Fukuoka.
La misma fragmentación saldrá a relucir en lo referente al cambio climático, para hacer una llamada a que cada país implemente sus compromisos dentro del Acuerdo de París, marco que decidió abandonar unilateralmente Estados Unidos.
Lo que incumbe al tema medioambiental, Japón confía en que la cumbre permita al menos acordar una estrategia coordinada contra la contaminación con plásticos en los océanos. Aunque varios países del G20 ya cuentan con iniciativas en este sentido.
El plan propuesto se centra en el intercambio de información científica y de buenas prácticas sobre reciclaje o gestión de residuos, y deja a los países adoptar las medidas nacionales necesarias de forma voluntaria.
Algo que ha sido tachado de insuficiente por organizaciones ecologistas. Pese a que el plan es más vago y menos ambicioso que las medidas adoptadas por ejemplo en la Unión Europea, dónde se prohibirán ciertos plásticos de un solo uso desde 2021.
El país nipon, dando ejemplo
Como anfitrión del G20, han aprobado un plan nacional contra los residuos plásticos, promoviendo mediante iniciativas el reciclaje y la sustitución de este material por otros biodegradables.
Aunque este país no es que sea modelo a seguir en este aspecto. Pues Japón es el segundo país del mundo que más residuos plásticos genera por habitante, situándose detrás de Estados Unidos. Además de ser el segundo país en Asia que exporta más basura de este tipo, según datos de Naciones Unidas y de un informe de Greenpeace
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