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Hoy es el Día Europeo de Acción contra la Migraña, un trastorno crónico que se corona como tercera enfermedad más prevalente a nivel mundial y primera causa de discapacidad en adultos menores de 50 años.
Según los datos de la Sociedad Española de Neurología, en España afecta a casi 5 millones de personas, de los que 1,5 millones la padecen más de 15 días al mes, provocando una elevada discapacidad no reconocida y que empeora la calidad de vida de forma notoria.
"Los síntomas de la migraña (cefalea, malestar, náuseas, vómitos, intolerancia a la luz, olores o sonidos, entre otros), producen una importante limitación en la actividad diaria de quien las sufre, obligando a reducirla en más del 50% de las ocasiones y precisando de reposo en cama hasta en el 20-30 % de los casos", explica el Dr. Pablo Irimia, Coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología.
La migraña es una enfermedad que provoca un gran impacto en el paciente, física, emocional y socialmente
Los especialistas detallan que la migraña también podría determinar limitaciones en la educación o en el desarrollo profesional si se inicia en la infancia o la adolescencia.
Datos de interés:
- Un 80 % de los pacientes que la padecen sufre algún tipo de discapacidad
- Más del 50 % presenta una discapacidad grave o muy grave, y es principal causa de años vividos con discapacidad en menores de 50 años
- Más de un 40 % de personas que la padecen en España no cuentan con diagnóstico
- Un 25 % de los pacientes no ha consultado nunca esta dolencia la médico
"La falta de diagnóstico y, por consiguiente, la automedicación es uno de los principales motivos de cronificación de la migraña. Cada año, un 3 % de las personas que la padecen relativamente poco frecuente o episódica, pasan a desarrollar una forma crónica de esta enfermedad (con dolor casi a diario)", explica el Dr. Pablo Irimia.
"Con lo que esto supone para los pacientes: mayor discapacidad y pérdida de productividad, un mayor número de consultas médicas, hospitalizaciones,... El Atlas de Migraña en España realizado en 2018 señalaba que casi el 70% de los pacientes que la padecen de forma crónica tienen una discapacidad muy grave”, añadía el Dr. Pablo Irimia.
“Por lo tanto es fundamental que los pacientes obtengan un diagnóstico correcto de su enfermedad, lo que permitirá analizar y evitar los factores modificables que pueden influir en la cronificación de este tipo de cefalea, así como actuar sobre ellos para modificar su curso evolutivo”, añaden los especialistas.
Estos son algunos de los factores principales que cronifican la enfermedad:
- Abuso de medicación
- Obesidad
- Trastornos afectivos
- Existencia de roncopatía o síndrome de apnea del sueño
Se trata de una enfermedad recurrente y episódica que no tiene cura, que puede controlarse con el tratamiento adecuado para poder tener una calidad de vida aceptable.
Cabe destacar que los factores desencadenantes de la enfermedad crónica son muy diferentes en cada paciente, pero hay cinco identificados como los más comunes:
- El estrés
- El ayuno
- Los cambios atmosféricos
- Los factores relacionados con el sueño
- En las mujeres, los cambios hormonales
Por lo tanto, mantener unos hábitos de vida regulares, realizar ejercicio físico, evitar el ayuno y tratar de evitar aquellos desencadenantes que se hayan identificado para cada paciente como generador de crisis, son el primer paso para observar una mejoría en la enfermedad.
Solo un 17 % de los pacientes utiliza una medicación adecuada
Los expertos señalan que no todos los pacientes necesitan del mismo tratamiento, porque cada episodio de migraña es diferente, más fuerte o más moderado.
Cabe destacar que el tratamiento preventivo es la asignatura pendiente en este campo: se calcula que solo lo recibe alrededor del 15 % de los pacientes que consultan al médico de atención primaria en España.
En todo caso es importante señalar que no todos los pacientes con migraña requieren tratamiento preventivo: como norma general está indicado en los pacientes que sufran al menos tres o más crisis al mes, o en pacientes con menos crisis pero que sean de varios días de duración, intensas y con pobre respuesta o intolerancia a la medicación sintomática.
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