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Ser influencer hoy en día es un trabajo. Es más, en un estudio realizado por Wondershare se detectó que influencers como Daniel Middleton pueden ganar millones con sus vídeos en YouTube. De hecho, en una encuesta realizada por Tapinfluence y Alimeter, un 69,4 % de los influencers encuestados admitió que lo hacen para obtener ingresos mientras que un 57,5 % afirmó hacerlo por inspirar a otros.
Esta profesión (sí, dijimos profesión) se ha profesionalizado hasta el punto que actualmente las marcas publicitan sus productos a través de los influencers. ¿La razón? La increíble credibilidad que un influencer puede generar para su audiencia.
Los influencers están por todas partes, los ves a diario, quizás este es otro de los motivos por los que tienen tanto éxito entre los más jóvenes. Un reciente estudio de Remitly (que es un servicio de envío de remesas internacionales) investigó qué es lo que teclean los jóvenes en los buscadores de internet en relación con su trabajo soñado. El procedimiento era sencillo. En Remitly escribieron en los buscadores de internet “cómo ser un…. “ y completaron estos puntos suspensivos con un catálogo de profesiones. Lógicamente, lo hicieron en diferentes idiomas.
El resultado es que la profesión más deseada de los internautas (al menos los que se interrogan por su futuro) es la de piloto, con casi un millón de búsquedas. Es el trabajo ideal para los jóvenes de 25 países, entre ellos los grandes anglosajones (EE.UU., Reino Unido, Canadá y Australia). Ser piloto lo tiene todo: un trabajo bien remunerado, cierto tiempo libre y facilidad para conocer el mundo.
En segundo lugar en las búsquedas apareció la siempre romántica aunque esquiva profesión de escritor (se incluye aquí a guionistas y periodistas). Es la primera opción en una mayoría de países (75). Es la preferida de muchos africanos, indios y escandinavos. Los resultados generan preguntas: ¿por qué en esos países? En el caso del Escandinavia, ¿tendrá que ver el éxito del noir nórdico?
Pero más llamativo es el resultado de la tercera búsqueda: bailarín o bailarina profesional. Esta sacrificada profesión tiene mucho predicamento en algunos países de África, como Camerún, Ghana o Nigeria. La lista de otras profesiones artísticas como cantante o DJ está en el top 20 de las búsquedas. Por ejemplo, los jóvenes turcos interrogan a internet sobre cómo ser actor. De nuevo, ¿tendrá que ver el éxito de las telenovelas turcas?
¿Y España? En nuestro país se cumple esa sospecha de muchos padres sobre un trabajo bien pagado y en el que se trabaje poco. Los jóvenes españoles quieren ser influencers. Poco les importa que la realidad sea justo la contraria: la mayoría de los influencers trabajan mucho y cobran poco. Esta profesión es la más deseada también en otros países como Argentina, Colombia, Venezuela o en Centroamérica.
Comencemos por el principio: ¿qué es ser un influencer?
Chicas que inspiran como Dulceida, Lovely Pepa o María Pombo han motivado a que ser influencer sea visto como lo más. De hecho, la carrera para ser influencer ya existe en Shangai y te enseña temáticas tan dispares como las siguientes: fotografía, edición de vídeo, baile, cultura, estética o protocolo.
Como ves, el concepto influencer puede tocar diferentes sectores y es por esto que, pese a su popularidad, definir esta ocupación no sea tarea tan sencilla para muchos.
De forma simple podríamos decir que un influencer es una persona con una capacidad persuasiva tan elevada que la hace capaz de afectar el comportamiento de otras personas. A pesar de que un influencer podría ser una persona completamente común (es decir, alguien “de la calle”) sus capacidades de comunicación, sus valores o su cautivadora personalidad provocan que su audiencia valore de manera excepcional su mensaje.
Los influencers trajeron consigo el marketing de influencers (o marketing de influencia): un sistema de comercialización que llegó para quedarse.
¿Cuántos seguidores necesitas para ser influencer?
O lo que es lo mismo: ¿el tamaño importa? Escuchamos conceptos como ‘celebridades mega influencers’ (personas famosas con más de 1 millón de seguidores), ’macro influencers’ (influencers entre 100.000 y 1 millón), ‘micro influencer’ (entre 1.000 y 100.000 seguidores) y ‘nano influencers’ (menos de 1.000 pero con una gran influencia), que nos hacen pensar que el tamaño importa demasiado.
Comúnmente se ha pensado que un influencer es aquel que tiene cientos de personas que lo siguen cuando realmente esto no es señal de influencia. Un influencer, por el contrario, es aquella persona que tiene relevancia en su comunidad y esta puede ser de cualquier tamaño siempre y cuando cuente con seguimiento entre sus seguidores (es decir, engagement).
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