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Washington, 7 mar (EFE).- El déficit comercial de Estados Unidos creció un 5 por ciento en enero de 2018 y quedó en un saldo total de 56.600 millones de dólares, su punto más alto en casi diez años, informó hoy el Departamento de Comercio.
En el primer mes del año, las exportaciones bajaron un 1,3 % hasta los 200.900 millones, mientras que las importaciones se quedaron en un nivel similar al mes precedente, en los 275.000 millones de dólares.
El mayor aumento en las importaciones de petróleo en tres años se vio contrarrestado por disminuciones en los datos de importación de teléfonos celulares, chips de ordenadores y otros bienes relacionados con el consumidor, según el informe publicado hoy.
Ese tipo de importaciones generalmente caen después de la temporada de compras navideñas.
El saldo comercial negativo fue ligeramente superior a lo esperado por los analistas, que anticipaban un déficit de alrededor de 55.200 millones tras la cifra de diciembre, revisada al alza y que quedó en 53.900 millones.
El continuo crecimiento del déficit comercial en el país estadounidense, uno de los mayores temores del presidente, Donald Trump, sugiere que su política económica proteccionista basada en "Estados Unidos primero" no está teniendo el efecto esperado en el balance comercial.
Por su parte, el déficit con China y México, dos de los países más señalados por el magnate neoyorquino como beneficiarios de una "desastrosa" política comercial, según Trump, también creció.
En concreto, el déficit con el gigante asiático aumentó un 16,7 % hasta los 35.500 millones, el punto más alto desde septiembre de 2015.
Además, el registrado con México ascendió hasta los 5.600 millones de dólares en el primer mes del año.
Por otro lado, las importaciones y exportaciones de acero de EEUU, el epicentro de una nueva disputa comercial entre la Casa Blanca y el resto del mundo, quedaron prácticamente invariables.
Estas cifras llegan después de que el mandatario anunciara la semana pasada que impondrá fuertes aranceles de carácter general a las importaciones de aranceles y aluminio para proteger a los productores domésticos, aunque en los últimos días abrió la puerta a exenciones a México y Canadá en caso de que se firme el nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
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