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Ginebra, 21 ene (EFE).- El Foro Económico Mundial, que comenzará el martes en Davos, aspira a ser más que una reunión dominada por la sombra mediática del presidente de EE.UU., Donald Trump, y abordar los grandes problemas del planeta, desde tensiones geopolíticas y conflictos a la crisis social generada tras la recesión mundial.
Para "crear un futuro compartido en un mundo fracturado", el Foro de Davos reunirá en la estación alpina suiza del martes al viernes a más de 3.000 participantes de 110 países del mundo político, empresarial y de la sociedad civil, de los que un 21 % son mujeres.
Un total de 340 políticos, entre ellos 70 jefes de Estado y de Gobierno, acudirán a la localidad helvética a partir del martes para analizar las causas de las fracturas políticas, económicas y sociales que enfrenta la sociedad mundial hoy en día.
El fundador y director ejecutivo del Foro, Klaus Schwab, pretende buscar caminos para reafirmar la cooperación internacional en temas de interés común cruciales, como la seguridad internacional, el medio ambiente y la economía global.
Pero sobre todo quiere ver una acción concertada, colaborativa e integrada de los múltiples actores que acudirán a Davos para dejar atrás un "mundo fracturado por la creciente competencia entre las naciones y las profundas divisiones dentro de las sociedades".
Para el Foro ha habido una "rupturas del contrato social" a raíz de la crisis económica y financiera, y los líderes y el mundo empresarial han sido incapaces de proteger a las sociedades ante el impacto de la globalización, la proliferación de los medios sociales y la transformación digital de la industria.
Por todo ello Schwab hará en su discurso de inauguración un llamamiento a favor del equivalente social de la "expansión cuantitativa", programas de estímulos monetarios de bancos centrales para ayudar a apuntalar la recuperación económica.
Para la organización es significativo que el primer ministro indio, Narendra Modi, en representación de la democracia más grande del mundo, abra el Foro el martes, y que Trump -si finalmente viaja a Suiza- lo cierre como líder de la primera potencia mundial.
La participación de Trump -que sería el segundo presidente estadounidense tras Bill Clinton en asistir a Davos- está en duda dado el cierre parcial e indefinido del Gobierno estadounidense por la falta de acuerdo en el Congreso para renovar el presupuesto.
No obstante, en su momento, el anuncio de la participación del presidente estadounidense en el Foro sorprendió, sobre todo porque Trump ha sido muy crítico con la "elite" de Davos, que es vista como defensora de la globalización y el libre comercio.
El proteccionismo y el aislacionismo que promueve desde la Casa Blanca parecen encajar a priori más en ese mundo fracturado que describe Schwab que en la búsqueda de soluciones comunes.
El hecho de que el inquilino de la Casa Blanca pueda aterrizar en Davos el próximo jueves y hablar ante el Foro el viernes, podría dar algo de margen a la organización y demás mandatarios para impulsar su propia agenda antes de que los medios se centren en Trump.
Entre los jefes de Estado y de Gobierno que viajarán este año al Foro se encuentran casi la totalidad de líderes comunitarios, entre ellos el presidente de Francia, Emmanuel Macron, la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, o los primeros ministros de Italia, Paolo Gentiloni, y del Reino Unido, Theresa May.
También destaca la presencia del rey Felipe VI de España en Davos, que pronunciará el miércoles un discurso en el Foro.
En la estación alpina los líderes europeos coincidirán entre otros homólogos con 10 jefes de Estado y de Gobierno de África y nueve del norte de África y Oriente Medio, como el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Además habrá seis mandatarios de América Latina: los presidentes de Argentina, Mauricio Macri; Brasil, Michel Temer; Panamá, Juan Carlos Varela; Colombia, Juan Manuel Santos; República Dominicana, Danilo Medina, y la primera ministra de Perú, Mercedes Aráoz.
Con Macri el Foro contará con la presidencia del G20 en Davos y con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, con la del G7, dos de los foros más importantes a la hora de fijar la agenda internacional, que se ha visto agitada recientemente, en parte desde la llegada de Trump a la Casa Blanca.
Las tensiones en la península coreana a raíz de las pruebas armamentísticas de Pyongyang, las críticas estadounidenses al pacto nuclear con Irán, la retirada de EE.UU. del Acuerdo de París, el proteccionismo comercial de Trump o su estrategia en Oriente Medio, son algunos temas que probablemente serán mencionados en algunos de los 400 paneles que ha organizado el Foro.
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