El alquiler tradicional se queda atrás debido al de temporada en ciudades como Madrid y Barcelona

La oferta de alquiler tradicional disminuye en ciudades como Madrid y Barcelona, donde ha pasado del 92-95 % en 2019 al 84 % en 2023. Los alquileres temporales y vacacionales, más atractivos para los propietarios, han crecido notablemente, impulsados por regulaciones más estrictas y cambios en el mercado.

El alquiler tradicional se queda atrás en España

La oferta de viviendas para alquiler tradicional disminuye en Madrid y Barcelona, mientras crecen los arrendamientos temporales y turísticos, que resultan más atractivos para los propietarios. En Barcelona, los alquileres temporales pasaron del 2,1 % en 2019 al 14,4 % en 2023, y en Madrid subieron del 3,3 % al 9,6 %.

Este cambio en el mercado de alquiler se ha visto favorecido por las regulaciones más estrictas sobre pisos turísticos y el control de precios en ciudades como Barcelona.

Desde que se implementaron leyes más restrictivas para limitar el número de licencias de alquiler turístico, muchos propietarios han optado por cambiar el enfoque de sus propiedades, trasladando sus viviendas al mercado de alquiler tradicional. Esta modalidad se ha vuelto más atractiva, ya que ofrece mayor flexibilidad y, en algunos casos, mejores rendimientos económicos.

La demanda de vivienda habitual ha crecido debido a factores como el aumento de la población y la dificultad de acceder a la compra de vivienda. Sin embargo, la oferta de pisos disponibles para alquiler tradicional ha disminuido, lo que agrava la escasez de viviendas.

Esta reducción en la oferta de alquileres estables, combinada con la creciente demanda, ha generado una situación en la que los precios de los alquileres continúan subiendo. Como resultado, cada vez más personas se enfrentan a dificultades para encontrar un hogar accesible, lo que agrava la crisis de vivienda en estas grandes ciudades.

Regulaciones locales, diferencias entre las ciudades

Las diferencias en el mercado de alquiler entre Madrid y Barcelona podrían estar relacionadas con las regulaciones locales. En Barcelona, la restricción de licencias para pisos turísticos desde 2017 parece haber reducido la oferta de alquiler tradicional, favoreciendo el alquiler temporal.

Además, la implementación de la ley catalana de control de precios en 2022 podría haber acelerado esta tendencia, mientras que Madrid aún no ha adoptado medidas similares.

Los propietarios, buscando evitar las regulaciones del alquiler tradicional, están recurriendo al alquiler de temporada, una modalidad más flexible que responde a una demanda creciente por motivos laborales o educativos, pero también como estrategia ante las nuevas normativas.

Unas regulaciones en el mercado de alquiler

Los investigadores de Esade advierten que las regulaciones en el mercado de alquiler deben ser implementadas de manera cuidadosa, para evitar efectos no deseados.

En lugar de incrementar la oferta de viviendas tradicionales, las normativas actuales podrían estar provocando la reducción de esa oferta, trasladándola hacia modalidades de alquiler más flexibles, como los temporales.

Aunque la intención de estas leyes es mejorar el acceso a la vivienda, no hay suficiente evidencia de que estén logrando su objetivo. En algunos casos, incluso se ha observado que medidas similares en otras ciudades solo han tenido un impacto limitado en la reducción de precios.

¿Aumentar las viviendas asequibles?

Como alternativa, los expertos sugieren aumentar la oferta de viviendas asequibles mediante acciones tanto del sector público como privado. Asimismo proponen que los grandes propietarios cedan temporalmente sus viviendas a las administraciones para destinarlas a alquileres sociales o asequibles, lo que ayudaría a paliar la escasez de viviendas para la población más vulnerable.

Este enfoque permitiría un mayor control sobre la oferta y acceso a la vivienda, al tiempo que se minimizan los efectos colaterales de las regulaciones.