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Berlín, 31 ene (EFE).- Las cifras de la economía alemana apuntan al optimismo, pese a la incertidumbre política por las negociaciones para la formación de gobierno, que ha hecho que el país tenga un ejecutivo en funciones desde septiembre pasado.
"Ustedes ven hacia donde apunta a todo, hacia arriba", dijo la ministra de Economía en funciones, Briggite Zyrpies, al mostrar la portada del informe económico del Gobierno en donde un grupo de personas formaban una flecha que apuntaba hacia lo alto.
El Gobierno prevé para 2018 un crecimiento del PIB del 2,4 %, tras una subida del 2,2 % en 2017. El pronóstico para 2018 se corrige al alza, en medio punto, con respecto la última previsión presentada en otoño pasado.
La razón de esa corrección, según Zypries, es que se espera una mayor dinámica en la demanda interna en Alemania.
El pronóstico del Gobierno también está por encima del que presentó en noviembre el consejo asesor de economistas -los llamados cinco sabios- que preven un alza del PIB del 2,2 por ciento.
Zypries señaló que aunque el principal impulso del crecimiento habían sido las exportaciones, estas habían llevado también a un aumento de las inversiones en el interior del país con lo que se fortaleció la demanda interna.
La ministra recordó que en los últimos ocho años Alemania ha tenido cifras constantes de crecimiento, lo que ha favorecido también a los trabajadores, como lo muestra el hecho de que desde 2013 los salarios hayan crecido en promedio más del 1,6 % anual.
La buena situación del mercado laboral y el aumento del empleo son factores que también favorecen la coyuntura.
El índice de paro en 2017 estuvo en el 5,7 %, el nivel más bajo desde la reunificación alemana en 1990, y en número de personas que cotizan a la seguridad social creció en 700.000.
La buena coyuntura lleva a que se usen al máximo las capacidades de la industria pese a lo cual el Gobierno no ve peligro de un recalentamiento.
"Ese peligro es algo que no vemos", dijo Zypries.
El principal problema de la economía alemana, según la ministra, sigue siendo la escasez de mano de obra especializada en algunos sectores, lo que lleva a que no se puedan ocupar todos los puestos de trabajo disponibles.
"Buscar fórmulas para enfrentar ese problema es uno de los grandes retos para la próxima legislatura", dijo Zypries, que forma parte del equipo negociador del Partido Socialdemócrata (SPD) para reeditar la gran coalición de Gobierno.
Otros retos, según Zypries, será seguir impulsando inversiones que potencien el crecimiento, mejorar el marco legal en algunos sectores, sacar provecho de las posibilidades de la digitalización y mejorar la coordinación entre la política económica y la política energética.
Por otro lado, Zypries subrayó que Alemania, como país exportador, tiene que estar interesado en impulsar la coyuntura europea y la coyuntura mundial.
En ese punto, Zypries fue interrogada durante la conferencia de prensa acerca del alto superavit comercial alemán, que ha sido criticado como excesivo por diversas organizaciones.
Zypries admitió que existe un superavit extraordinario pero dijo que está bajando desde 2008 debido a diversos factores como el aumento de los salarios en Alemania y el crecimiento de las inversiones.
El crecimiento económico ha estado acompañado de una consolidación fiscal que se ha reflejado en que durante la última legislatura siempre se tuvieron presupuestos equilibrados y en una reducción constante de la deuda.
Para este año, el Gobierno espera que haya otra vez un superávit en los presupuestos públicos.
Simultáneamente, entre 2013 y 2017 los gastos de inversiones contemplados en el presupuesto federal han aumentado en un 45 por ciento, hasta los 36.100 millones de euros.
"Los últimos años han mostrado que la consolidación de los presupuestos públicos puede combinarse con el aumento de las inversiones", dijo Zypries.
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